_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Esperanzas para el valor de la empresa familiar

El valor de las empresas cotizadas en España se ha visto reducido en un porcentaje cercano al 40%, desde sus niveles máximos de finales del año 2007. Aunque no existen estudios cuantitativos fundamentados sobre la evolución del valor o precio de las empresas familiares en España, durante este periodo, podemos asumir, sin miedo a equivocarnos, que el mismo, se ha visto reducido, al menos, en un porcentaje equivalente.

El actual entorno de crisis económica y financiera general que estamos viviendo está afectando muy negativamente al valor de las empresas, pero muy especialmente a las empresas familiares debido a los siguientes rasgos distintivos de las mismas:

l El reducido tamaño y bajo nivel de diversificación (de producto y geográfica) de una gran mayoría de las mismas hacen que su grado de vulnerabilidad y riesgo sean elevados.

l Su limitada capacidad para incrementar su base de fondos propios, más allá de los autogenerados por la propia empresa, reduce significativamente su capacidad para mantener y crear valor.

l Carencias derivadas de una falta de separación entre el rol personal, accionarial y de gestión de los miembros de la familia, produce, en muchas ocasiones, graves ineficiencias en la gestión así como una gran inestabilidad accionarial y societaria. Los casos de Eulen y Gullón, entre otros, ilustran actualmente muy bien los efectos de dichas carencias.

No obstante, existen también elementos en la empresa familiar que contribuyen muy positivamente a la generación de valor de la misma, como son:

l Su visión industrial y a largo plazo, habitualmente con una larga trayectoria en su sector.

l La mayor fidelidad y compromiso con sus stakeholders (empleados, clientes, proveedores, entidades financieras, administraciones públicas, etc.).

l Su mayor agilidad y flexibilidad en la toma de decisiones empresariales, que la permiten poder identificar y aprovechar mejor las oportunidades de creación de valor que se les presentan.

En cualquier caso, y con independencia de la situación coyuntural actual, la empresa familiar debería concentrarse en crear valor a largo plazo, a través de la potenciación de sus fortalezas y en la superación de sus principales debilidades, basándose en los siguientes elementos:

l Incremento de su tamaño y grado de diversificación de productos y mercados geográficos, a través de procesos de fusión y/o alianzas estratégicas con otras empresas del sector, lo que redundará en una mejora de su posición competitiva, en un fortalecimiento de su capacidad de crecimiento y en una reducción de su nivel de riesgo.

l Entrada en el capital de socios financieros (fondos de capital riesgo, inversores privados, salidas a Bolsa, etc.), que permitan incrementar su base de fondos propios y la capacidad de inversión/financiación de la empresa así como profesionalizar su gestión.

l Establecimiento de protocolos familiares que separen nítidamente los roles personales, accionariales y de gestión de los miembros de la familia, y que establezcan procedimientos claros de valoración y liquidez de las acciones.

l Mantener y potenciar las ventajas competitivas mencionadas anteriormente, tales como su visión industrial a largo plazo, fidelidad de sus stakeholders y flexibilidad.

En síntesis, aunque el entorno económico y financiero actual no ayude demasiado, la empresa familiar no debería distraerse demasiado con objetivos y acciones cortoplacistas e implementar estrategias de creación de valor a largo plazo basadas en superar sus debilidades y en potenciar sus fortalezas, que son muchas e importantes. Al final, el futuro está en sus manos, y los ejemplos de empresas familiares exitosas son numerosos: Mercadona, Ferrovial, Acciona, Osborne,… y cientos de empresas más de menor tamaño y notoriedad pública.

Eduardo Pérez. Socio de Finanzas Corporativas de BDO

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_