El impuesto más popular

La crisis ha vaciado los silos de las haciendas públicas y los gobiernos europeos buscan cómo rellenarlos. El sector financiero aparece como un candidato obvio para soportar nuevas exacciones, dado que la opinión pública parece apoyar un castigo impositivo a los supuestos responsables de la actual crisis. Pero la popularidad del nuevo impuesto a la banca puede quebrarse si los clientes de las entidades, no sus ejecutivos, acaban abonando la factura con hacienda.

Y el riesgo existe, a juzgar por el documento elaborado por la Comisión Europea como paso previo a la posible introducción del nuevo impuesto. El organismo comunitario (que, todo hay que decirlo, siempre se ha resistido a cualquier iniciativa que recuerde a la tasa Tobin) advierte de que los dos tipos de impuestos que se barajan (sobre cada transacción o sobre el conjunto de los ingresos y los salarios de cada entidad) pueden provocar un encarecimiento del crédito a las empresas y las administraciones o un incremento en las comisiones pagadas por los clientes minoristas.

El riesgo, según Bruselas, podría mitigarse si el impuesto sólo se aplicase a los beneficios "desproporcionados" obtenidos a través de las prácticas más arriesgadas del sector. Pero en ese caso, la recaudación caería desde unos 26.200 millones de euros en el conjunto de la UE a sólo 4.900 millones de euros. Y entonces, el silo seguiría medio vacío.

Foto: Silo en la antigua estación de RENFE de Ciudad Real (B. dM., 1 sept 2010).