Luz verde a las tres nuevas autoridades de supervisión financiera
La Unión Europea terminó ayer de negociar el conjunto de reformas que deberá servir para poner en marcha una nueva arquitectura de supervisión, que luche contra los abusos financieros que originaron la crisis y actúe al nivel europeo en caso de que se repita una situación de riesgo para todo el sistema.
Tras salvar los últimos escollos en una reunión celebrada a puerta cerrada en la sede de la Eurocámara en Bruselas, representantes de la presidencia belga, la Comisión Europea y el Parlamento destacaron el carácter histórico del acuerdo, que equipara a Europa con EE UU en la consecución de los compromisos adquiridos tras la crisis.
"No vimos venir la crisis. No teníamos los medios de vigilancia suficientes para detectar los riesgos que se acumulaban. Y cuando la crisis golpeó, no disponíamos de los medios para actuar. Con la nueva arquitectura de supervisión que ahora creamos, estamos armados de cara al futuro", destacó el comisario de Mercado Interior y Servicios Financieros, Michel Barnier.
Según el acuerdo, la supervisión seguirá siendo una competencia eminentemente nacional y los gobiernos tendrán la última palabra a la hora de emplear su dinero en salvar a un banco de la quiebra, pero se crea un marco de vigilancia común para casos de emergencia, desacuerdos entre países o incumplimiento de la legalidad europea.
Así, las tres entidades supervisoras para la banca, los seguros y la Bolsa pueden tomar decisiones legalmente vinculantes para las entidades en caso de que la autoridad nacional no actúe de acuerdo a las leyes comunes.
Análisis del riesgo
El Comité de Supervisores Bancarios Europeos (CEBS), que publicó ayer sus directrices revisadas sobre el riesgo de concentración, espera de las instituciones que identifiquen y calibren todos los aspectos del riesgo, ya que el análisis tradicional se concentra sólo en el crédito.