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Columna
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El destino de Japón depende de EE UU

El primer ministro de Japón, Naoto Kan, intentó generar el lunes un poco de entusiasmo con las medidas de estímulos monetarios y fiscales. El martes, la política se consideró un fracaso. El Nikkei cayó un 3%. La intervención en los mercados de divisas para debilitar el yen puede ser el próximo paso. Pero es difícil ser optimista. Los datos de Estados Unidos son más influyentes en el yen que la política japonesa. El país mantendrá su dependencia de EE UU hasta que pueda librarse con algo más que estímulos o intervención.

El estímulo decepcionó a algunos analistas porque fue otorgado en pequeñas dosis. Kan, quien estaba decidido a no elevar la montaña de deuda de Japón, añadió el lunes 920.000 millones de yenes, una fracción de los 11 billones de ayuda que el Gobierno de coalición había pedido. Las medidas monetarias fueron modestas. El Banco de Japón ofreció 10 billones para créditos a seis meses con un tipo de interés muy bajo para los bancos y que se suman a los 20 billones de yenes para préstamos a tres meses ya vigentes. Pero la demanda de los consumidores es insuficiente y no se espera que la medida monetaria funcione.

Aunque a Kan le pareció una reacción simbólica, más bien es un reflejo de la intensa presión que hay debajo. Su liderazgo está amenazado por Ichiro Ozawa, del Partido Demócrata, miembro de la vieja guardia y el encargado de desafiarlo en las elecciones de septiembre. El yen se ha convertido, injustamente, en una referencia de si Kan puede o no puede. Puede dar instrucciones al Banco Central de vender yenes y comprar dólares si éste se fortalece por encima de los 80 yenes por dólar. Los operadores de Forex esperan algo así; y el yen caerá al principio. Pero si los cifras de EE UU decepcionan otra vez, la apreciación del yen podría reanudarse y la intervención sería un fracaso.

El debate del yen puede ser visto como algo simbólico, pues Japón depende del crecimiento de otros. Kan se resiste, con razón, a reactivar más estímulos y una intervención para hacer frente a la debilidad interna. Pero la oposición y los empresarios exigen viejos paliativos. ¿Lo que Kan debe poner en marcha son medidas más profundas, abordando las debilidades paternalistas del país? Es una gran pregunta para cualquier persona, por no hablar de un primer ministro que lucha por su supervivencia.

Iam Campbell

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