La nueva tasa bancaria alemana impulsa la propuesta al G-20
El Gobierno de Angela Merkel aprobó ayer la imposición de un nuevo gravamen a las entidades financieras alemanas con el objetivo de hacer frente a futuras crisis en el sector bancario. Dicha medida refuerza la propuesta de la UE en el G-20 de crear una tasa local a la banca, aprobada en junio.
El Ejecutivo encabezado por la canciller alemana, Angela Merkel, aprobó ayer la imposición de una nueva tasa bancaria por la que las entidades financieras germanas contribuirán a la creación de un fondo de rescate al que se recurrirá en caso de futuras crisis.
En concreto, este proyecto de ley, que podría entrar en vigor a partir del próximo mes de enero, permitirá recaudar unos 1.300 millones de euros al año en función de los activos y los riesgos asumidos por las entidades y serán destinados a un fondo de rescate similar al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) español, que ofrece capital a las entidades financieras en dificultades, como informó ayer CincoDías.
La iniciativa alemana supone un importante impulso de cara a la presentación de la propuesta para crear un impuesto local a la banca por parte de la Unión Europea (UE) en la próxima cumbre del G-20, que tendrá lugar en Seúl el próximo mes de noviembre.
Así, el proyecto de ley alemán aprobado ayer en Berlín, y que forma parte de un plan de modernización de las normas de rescate bancario, llega después de que Reino Unido y Francia se comprometieran en junio a publicar las pruebas de estrés realizadas a los grandes bancos de la UE y a presentar al G-20 una propuesta para crear una política coordinada en la recaudación bancaria.
En el caso alemán, la mayor parte de las aportaciones vendrá de grandes entidades como Deutsche Bank o el Commerzbank.
Menos financiación
Las críticas contra el proyecto de ley del Ejecutivo alemán no se hicieron esperar. Desde las entidades bancarias se atacó el impuesto anunciado ayer y se aseguró que la creación de dicha tasa dificultará la concesión de créditos.
Por su parte, la oposición calificó el gravamen de insignificante y advirtió de que los bancos podrían traspasar los costes derivados de esta medida a sus clientes.
Los analistas dicen que será un modelo generalizado
Dos años después de la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers en medio de la crisis financiera, el Gobierno alemán aprobó ayer un decreto de reforma financiera que fija la una hoja de ruta para actuar en caso de que grandes bancos sufran problemas de financiación.Los analistas consideran que el proyecto de ley germano se convertirá, con el tiempo, en un instrumento de garantía para todo el mundo bancario, que hasta el momento confiaba en que los estados nunca les dejarían quebrar en la bancarrota por su propia seguridad.Con el nuevo fondo aprobado ayer esté constituido, las grandes entidades bancarias podrán sanearse con rapidez y seguridad sin verse sometidas a los altibajos de los mercados financieros.