El clima empresarial alemán repunta y alcanza el nivel más alto en tres años
Alemania ha puesto el piloto automático de la recuperación. Tras la sorpresa del 2,2% del PIB en el segundo trimestre, la actividad vuelve a lanzar señales positivas: el índice IFO, que mide el clima empresarial, mejoró en agosto y alcanzó el nivel más alto en tres años.
El descalabro alemán de 2009 -que cerró con un -4,7% del PIB- comienza a ser un mal recuerdo. Los empresarios cada vez se muestran más optimistas: el índice que el Instituto de Investigación alemán (IFO) dio a conocer ayer y que mide el clima de negocios para la industria y el comercio en Alemania mejoró ligeramente en agosto respecto al mes anterior. Un dato que el organismo interpreta como un síntoma de la solidez de la economía.
El clima empresarial germano, por su parte, alcanzó en agosto su mejor temperatura en tres años: 106,7 puntos, que suponen cinco décimas más que en julio. Un mayor optimismo avalado además por la mejora en la valoración de la situación empresarial que aumentó respecto al mes anterior, situándose en los 108,2 puntos.
Con todo, los buenos datos macroeconómicos de las últimas semanas aportados por la locomotora europea no han impedido que industriales y comerciantes anticipen una ralentización de la economía para lo que queda de año. Las expectativas de las compañías en agosto fueron ligeramente inferiores a las del mes anterior. Los empresarios no esperan ritmos tan potentes en las exportaciones como en los meses anteriores, aunque prevén que se incrementen los niveles de empleo en sus plantillas.
Las compañías germanas prevén que se incremente el empleo
Sanciones por el déficit
Las mejores perspectivas sobre el crecimiento económico y la confianza empresarial en Alemania no impidieron que la locomotora europea se apuntara el martes un déficit del 3,5% en el primer semestre, superando el límite del 3% establecido por el Tratado de Maastricht.
Alemania incumple así los objetivos fijados por el Pacto Europeo de Estabilidad. Un hecho que, sin embargo, no evitó que el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, sugiriera ayer una penalización para los países que lo incumplan. Un castigo, eso sí, sin sanciones económicas, como la pérdida de derecho a voto en las organizaciones europeas. Iniciativas que, a su juicio, tendrían mayor efectividad "como medida de prevención".
El ministro alemán insistió además en que el Pacto de Estabilidad debe reformarse, dado que la globalización ha transformado el panorama internacional y los países ahora afrontan nuevas necesidades. "Este año hemos advertido que los recursos no alcanzan ante las nuevas realidades y tenemos que pensar en cambios".
El Gobierno alemán rechazó además las acusaciones de que, con su política de consolidación fiscal, Alemania pone en peligro la recuperación en Europa.
Por otro lado, Alemania quiso alinearse ayer con Francia en un no rotundo a un posible incremento del presupuesto para la UE. "No podemos pedir una reducción del déficit por un lado para ajustarse a la lógica del Pacto de Estabilidad y reclamar aumentos que son objetivamente inadmisibles", dijo el ministro de Finanzas francés, François Baroin, tras reunirse con su homólogo alemán.