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Medio ambiente

Calcular cuánto cuesta recuperar los ríos ya es posible

La Agencia Catalana del Agua realiza la primera prueba piloto

El Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (Circe), con sede en Zaragoza, ha creado un sistema que permite el cálculo fiable de los costes que implicaría la recuperación de los ríos en mal estado. Esos costes deberán ser asumidos por España con carácter de urgencia, ya que la Directiva Marco del Agua obliga a la aplicación de remedios efectivos para corregir la degradación ambiental y disfrutar de cauces ecológicos.

Lo novedoso del método creado por el Circe es que calcula cómo debieran repartirse los gastos exigidos para la recuperación ambiental, en función de la degradación provocada por la variada gama de agentes responsables, desde los usos industriales a los urbanos. Unos gastos que se contabilizarán por miles de millones de euros.

Javier Uche, subdirector del Área de Recursos Naturales del Circe y responsable del estudio, subraya que "mientras los costes de servicio (construcción y mantenimiento de las infraestructuras para la captación y tratamiento del agua) son relativamente fáciles de cuantificar, los ambientales resultan mucho más complejos. Por eso, nos hemos centrado en lograr un sistema que calculara los costes medioambientales cuya recuperación será exigida por la directiva europea".

Los técnicos diferencian entre contaminación y degradación medioambiental

Para Uche, "todo el mundo tiene claro que quien contamina debe pagar por ello. Pero aquí hablamos de un tema más complejo, porque la degradación ecológica es un fenómeno más difícil de calcular. La contaminación suele ser puntual, mientras la degradación es difusa. En el primer caso, la detección da paso a una denuncia y a las sanciones que corrijan el daño. En la degradación, puede llegarse a la reconversión de los propios usos del río, porque resultan perjudiciales, incluso pueden comprometer su futuro", añade.

Las aguas fluviales tienen una cantidad y una calidad que son degradadas por el uso, cuyas expresiones más gráficas son el consumo y la contaminación. Los cálculos desarrollados por el Circe se basan en la exergía, una propiedad termodinámica que es capaz de medir el aspecto físico-químico de esa degradación. Pero también deben de tenerse en cuenta otros factores con influencia medioambiental (peces, presas, entre otros) que son objeto de los indicadores hidromorfológico y biológico. La simulación efectuada por el Circe ha tenido su traslación práctica en el convenio suscrito con la Agencia Catalana del Agua. La prueba ha permitido un programa piloto sobre dos ríos (Foix y Muga), con usos muy diferentes y, por tanto, extrapolables a otras cuencas. Partiendo de la situación actual de estos caudales se han proyectado las intervenciones que deberían efectuarse para alcanzar la situación exigida por la Directiva Marco del Agua en 2015. Y también qué cuota en la degradación corresponde a los diversos usos (agrícolas, urbanos, industriales), a fin de repartir los costes económicos para recuperar ambientalmente esos ríos. Uche subraya que "lo que facilitamos es un material técnico. Las decisiones corresponden al poder político, que es quien puede tomar en consideración otros factores, como la oportunidad o el coste social, por ejemplo".

6.000 millones sólo en el Ebro

Lograr que los ríos alcancen un buen estado ecológico, al que obligará la Directiva europea Marco del Agua (DMA) en 2015, obligará a desembolsos millonarios.Sólo en la cuenca del Ebro, la inversión se calcula en 6.000 millones de euros. Puede ser una oportunidad de oro para la industria medioambiental, pero también una importante carga para quienes deban cubrir los gastos justo ahora que todas las administraciones públicas se ven abocadas a aplicar severos recortes en la inversión y el gasto.Y eso que, según señala el subdirector del Área de Recursos Naturales del Circe, Javier Uche, "si se devolvieran los cauces a su estado natural (como también hemos podido calcular con la metodología creada), el coste sería incluso bastante mayor que el de atenerse simplemente a las exigencias de la Directiva Marco del Agua".Los caudales ecológicos obligarán también a un gran pacto entre industrias y regantes; así como entre las distintas comunidades autónomas y todas las instituciones públicas y privadas implicadas en la gestión del agua, con el fin de poder hacer frente a los desembolsos que exigirá la recuperación ambiental.Y lo peor, según recuerdan los técnicos, es que 2015 está ya, como quien dice, a la vuelta de la esquina.

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