Seguridad no tan virtual
Por lógica, los delincuentes también evolucionan, lo que explica que casi la mitad de los fraudes cometidos contra tarjetas se produzca a través de internet. Cada vez con más frecuencia las ventas online se realizan mediante esta modalidad de pago, lo que conlleva que el usuario tenga que dar el número de su tarjeta a quien se lo pide. Esto, a veces, es un riesgo.
Internet es el futuro. La gente quiere adquirir cualquier producto, en cualquier parte del mundo y al instante. Y la red lo permite -lo que implica un avance planetario-, aunque es necesario garantizar que las transacciones son seguras. Con toda probabilidad, la tecnología es capaz de encontrar soluciones, aunque quizá falte un impulso para implantarlas generalizadamente. En este sentido, es imprescindible la coordinación de todos los involucrados (empresas tecnológicas -software, operadores, buscadores-, financieras -bancos y entidades emisoras de tarjetas- y vendedores en la red) para encontrar un sistema lo más eficaz y seguro posible. Pero quizá lo que más se necesite sea la voluntad de los Estados, pues la globalización de la red permite que países con un control policial laxo amparen la impunidad de estas bandas de ladrones internacionales. Lo único cierto es que el futuro no puede ser detenido por unos delincuentes.