Hoteles activos
En un momento como este, en el que el sector hotelero, lejos de estar ajeno a la crisis sufre sus efectos más caprichosos durante el primer semestre, la creatividad se convierte en un arma estratégica para mejorar los ingresos. Un buen ejemplo es la nueva oferta de ocio de los hoteles urbanos que se han lanzado a la caza del cliente local a través de una oferta diferenciada y competitiva.
¿Pero quién es el cliente local? El cliente local somos todos y cada uno de nosotros en nuestra ciudad; aquellos que conformamos el segmento de "inquietos sibaritas" dispuestos a consumir nuevos espacios y sensaciones, que abarcan no solo la oferta gastronómica y de bares, sino también la de SPA y ocasionalmente la de alojamiento en los propios hoteles.
Este giro de tuerca es latente ya en ciudades como Barcelona y Madrid donde los hoteles de cuatro y cinco estrellas se han convertido en ejes nocturnos del ocio más exigente y sofisticado: Hotel Omm y su Ommsession, Hotel Me by Melia y Angels & Kings, Hotel W y Eclipse, Hotel Room Mate Oscar y Splash@Oscar, La Terraza del Urban Hotel Madrid.
Una vertiente de esta nueva tendencia es la que lideran algunos de nuestros chefs más reputados: Fermí Puig, Carlos Abellán, Martín Berasategui, los hermanos Torres, Ramón Freixa... restauradores que al aportar su nombre y prestigio han sellado pactos a través de contratos de cesión en arrendamiento del local, para que estos hoteles conviertan sus espacios de coste en nuevas líneas de explotación, rompiendo además con el mito de que en ellos no se come bien.
Esta nueva estrategia permite elevar el GOP (beneficios de explotación) de los hoteles urbanos, y aportar un valor añadido a las otras líneas de negocio y a una demanda cada vez más exigente.
Para que este matrimonio sea duradero y exitoso, es importante contar con un buen asesoramiento y desarrollar una estrategia de marca concreta donde los puntos de venta dirigidos al cliente local, - bares, restaurantes y terrazas-, estén bien diferenciados y tengan sus propias señas de identidad. La diferenciación viene dada en muchos casos por el gestor o la marca que comercializa el hotel, pero también por la especialización y la tematización.
La complejidad que conlleva este modelo de negocio hace que sean muy pocos los que lo consiguen el éxito y menos los que lo hacen perdurar en el tiempo, por lo que hay que tener claro que no hay éxito sin inversión, tanto en tangibles -muebles y decoración-, como en intangibles: consultoría y asesoramiento. Si bien es cierto que el que consigue perdurar, logrará un ROI muy atractivo.
Bruno Hallé. Consultor estratégico y de inversión hotelera de Magma Turismo