Cervezas para todos los gustos
La Zaragozana estudia nuevas fórmulas de la bebida más popular
El 29 de mayo de 1976, el bar La Bozada, de Zaragoza, servía la primera cerveza sin alcohol. Y a los ejecutivos de La Zaragozana, el centenario fabricante aragonés, les temblaban las piernas. Porque habían tenido la osadía de lanzar un producto que rompía con la tradición y, además, "en un entorno de café, copa y puro", como subraya Enrique Torget, director de marketing de la compañía.
Aquella mítica Ámbar fue diseñada por el maestro cervecero Juan Antonio Corchón. Contra los pronósticos de los pesimistas, la nueva y revolucionaria bebida encontró adeptos, que llevaron a La Zaragozana a cuotas de liderazgo en Andalucía, Cataluña y, por supuesto, Aragón. Animada por el éxito, La Zaragozana lanzó, en 1979, la primera cerveza española con limón.
Aquellas innovaciones han cristalizado en el reto actual. La firma aragonesa ha puesto a trabajar a su I+D+i para que nadie, sea por razones de sabor o enfermedad, se quede excluido del consumo de cerveza. Nuevos sabores y tan saludables -como dice el maestro Corchón, "es muy posible que algún día se vendan en farmacias"- que están creando otros mercados, impensables hasta hace pocos años.
La cerveza para celíacos (enfermedad que sufre el 1% de la población) constituye un hito del que la firma aragonesa se siente particularmente orgullosa. Inició la investigación en 2005, en colaboración con la Asociación Aragonesa de Celíacos, y el producto "mantiene todo el sabor, el aroma y el amargor de la cerveza tradicional", según subraya el maestro Antonio Fumanal. Torget asegura que "es un ejercicio de responsabilidad social, muy por encima de la cuestión económica y los celíacos lo saben. Hemos mantenido el mismo precio que en la cerveza normal, cuando a quienes sufren esta afección, la alimentación viene a costarles hasta tres veces más".
El ámbito de los sabores constituye el reto más arriesgado. "Se trata de identificar nuevos consumidores, pero preservando la identidad propia", señala Torget. Entre sus experimentos más recientes, destaca la cerveza con fibra y zumo de manzana, que aporta el 30% de la fibra diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). También destaca la cerveza con zumo natural de limón, que le aporta frescor y rasgos inéditos (y muy agradables) para el olfato y el paladar. La gama 0,0 sin alcohol cubre actualmente un segmento apreciable de consumo y, lo que es más importante, se adapta a los gustos y exigencias de los nuevos consumidores.
Como empresa centenaria, La Zaragozana no renuncia a los productos más tradicionales. Su última aportación es una cerveza basada en la que tomaban los romanos que poblaron la capital aragonesa. Se llama como el nombre que dieron a la ciudad (Caesar Augusta) y es una cerveza refermentada en botella, producida a partir de una mezcla de maltas pálidas de cebada y trigo, redondeada con un toque de arroz.
El director de marketing, Enrique Torget, subraya que "esta innovación constituye un homenaje a Zaragoza y a su cultura romana del agua, que ha sido refrendada por la Expo". Para ello se ha encargado a uno de los más destacados especialistas, el profesor Francisco Beltrán, un estudio sobre el consumo que protagonizaban aquellos súbditos de Augusto en la bimilenaria ciudad que luego derivaría en la Zaragoza actual, que revela que la cerveza era una bebida muy hispana, consumida en la ciudad antes de la llegada de los romanos y a la que éstos siguieron consumiendo con deleite.