La indefinición del Gobierno bloquea la reforma laboral
La opacidad con la que el Gobierno negocia las enmiendas a la reforma laboral ha molestado a los grupos parlamentarios de la oposición. La reunión de la ponencia encargada de ordenar estas enmiendas se ha suspendido a mediodía para que el PSOE pueda recomponer consensos básicos, algo que intentará esta tarde.
El Gobierno y el Grupo Parlamentario Socialista se han dado varias horas de plazo para negociar con el resto de las fuerzas políticas la ordenación de las enmiendas a la reforma laboral en el trámite de ponencia. El portavoz de IU, Gaspar Llamazares, junto a los componentes del Grupo Mixto, ha registrado esta mañana en el Congreso una petición de que se retrase el debate parlamentario sobre la reforma hasta septiembre. "Una reforma de este calado no puede tramitarse como un trágala parlamentario en 48 horas", ha argumentado Llamazares.
Los grupos de la oposición acusan al PSOE de no haber hecho los deberes y de haberse presentado en la ponencia con enmiendas transaccionales que modifican el Estatuto de los Trabajadores. Al tratarse de una ley orgánica, cualquier reforma de esta naturaleza tendría que ir al pleno de la Cámara Baja, distorsionando así los planes del Gobierno, que ha apostado por una aprobación del proyecto de ley por vía de urgencia. De hecho, en los planes del Ejecutivo está que la reforma sea aprobada de forma definitiva por el Senado a mediados de agosto.
Las tensiones desatadas esta mañana en la ponencia entre el PSOE y CiU y entre el grupo mayoritario y el Grupo Mixto han hecho que sólo se hayan admitido un bloque de enmiendas que no afecta a aspectos sustanciales de la ley.
De no producirse un acuerdo esta tarde, los nacionalistas catalanes han amenazado al Gobierno con votar en contra de la reforma. Los diferentes grupos de la oposición consideran paradójico que el PSOE haya organizado una nueva ronda de contactos de última hora para pactar sus enmiendas transaccionales cuando el diálogo lleva abierto desde hace varias semanas.
