El carisma de Contador, un reclamo perfecto para los patrocinadores
Alberto Contador, el mejor ciclista del mundo, y junto al americano Lance Armstrong, el más mediático del pelotón, está a un paso de conseguir su tercer Tour de Francia. El ciclismo ha vivido unos años difíciles, pero la imagen del corredor de Pinto ayuda a espantar los fantasmas de la crisis y los reiterados casos de dopaje, que ahuyentan a los patrocinadores.
Después de sobreponerse a un duro golpe en 2004 -en plena Vuelta a Asturias sufrió convulsiones y le fue diagnosticado un cavernoma cerebral congénito del que se recuperó plenamente en 2005 tras largos meses de rehabilitación- su ascenso fue meteórico. Sus numerosos triunfos, especialmente las victorias en las tres grandes vueltas, dos Tours de Francia (y a punto de obtener el tercero), un Giro de Italia o una Vuelta a España, unido a "su imagen cercana, su actitud combativa como deportista y su simpatía ante las cámaras", según diversos expertos en valor de marca, sitúan al corredor español como el mayor reclamo para las grandes firmas que sustentan el ciclismo.
Todo ello le ha llevado no sólo a convertirse en el número uno del pelotón -el pasado año recibió el galardón como mejor ciclista internacional del año 2009 otorgado por la UCI-, sino a labrarse un perfil carismático y aspirar a los premios Laureus, los más prestigiosos del mundo del deporte, codeándose con mitos como Usain Bolt, Roger Federer, Valentino Rossi o Lionel Messi.
Su peso y liderazgo en el presente y en el futuro del ciclismo son incuestionables. La retirada de Armstrong parece inminente, y tan sólo la presencia del luxemburgués Andy Schleck, con el que se jugará en la contrarreloj de hoy entre Burdeos y Pauillac la victoria final en París, puede poner en duda su reinado en los próximos años. Algo que no ha escapado a los medios internacionales, como el diario francés L'Equipe o el italiano La Gazzeta dello Sport, ni a los responsables de su actual equipo, tras los volcánicos problemas internos que vivieron el pasado año.
El conjunto Astaná, que toma su nombre de la actual capital de la República de Kazajstán, tiene como patrocinador principal al propio Gobierno kazajo mediante un conglomerado de empresas públicas de diversos sectores. En la presente temporada además del nombre principal del equipo y de los de otras firmas proveedoras, sólo una marca figura en los trajes del equipo: Samruk, que presentó una garantía de 15 millones de euros para que el equipo continuara con su actividad. Se trata de una empresa de gestión propiedad del gobierno que controla acciones de empresas nacionales e instituciones financieras de desarrollo. Maneja empresas de múltiples ramos con activos equivalentes al 40% del PIB del país; líneas aéreas, industria farmacéutica, telecomunicaciones, transportes, materias primas e incluso servicios postales.
Tampoco ha pasado desapercibido para el resto de equipos, que han puesto sus ojos en él. Los nombres de Silence-Lotto, Garmin-Slipstream, Caisse d'Epargne o Quick Step se han relacionado con el futuro de Contador, que finaliza su contrato este mismo año, y ya ha recibido una oferta de renovación de Astaná, que le situaría, de acuerdo a su condición de número uno, como el ciclista mejor pagado. Según una información aparecida en el diario belga Het Nieywsblad, la propuesta sería de 8 millones de euros por temporada con la condición de que fichara para los cuatro próximos años. Aunque ha desmentido las cifras, lo cierto es que Contador ya rechazó una oferta de Astaná de cuatro millones de euros por año.
Tirón mediático y patrocinadores
Al margen de su sueldo, Contador ha aprovechado su tirón mediático asociando su imagen con distintos patrocinadores personales. Es el caso de la empresa de ropa y cosméticos Hugo Boss, con la que firmó en octubre de 2008 y que contrató al corredor madrileño por "la juventud, frescura y simpatía de este triunfador, que encaja con la etiqueta de la multinacional". El ciclista español unió su nombre al de la empresa textil al igual que otros grandes deportistas como Rafael Nadal, Lewis Hamilton, Fernando Alonso, Sergio García o Severiano Ballesteros, o equipos como Real Madrid, Atlético de Madrid o Bayern Munich.
Asimismo, Alberto Contador tiene firmados varios contratos publicitarios con marcas deportivas, como Chiruca, con la empresa extremeña de relojes Cristian Lay, que presentó una colección exclusiva inspirada en el campeón español, o diversas marcas que visten al corredor mientras está subido a la bicicleta, caso de Sidi, que le da calzado deportivo, Look, quien le proporciona pedales, o Giro, firma que le provee de gafas y cascos de competición.
A todo ello hay que sumar que el corredor de Pinto, después de que el piloto de Fórmula 1 Fernando Alonso le planteara la posibilidad de formar un equipo y las negociaciones no fueran a más, decidió impulsar su propia escuadra. El primer paso lo ha dado junto a la compañía de bicis americana Specialized, la marca que inventó la mountain bike, con la que firmó un contrato que según publicó La Gazzeta dello Sport ascendería a 700.000 ¤, y fundó Specialized-Contador-MSF. Incluso, podría poner en marcha una marca propia de ropa y complementos relacionados con el ciclismo.
El lastre del dopaje
Su vitola de ciclista imbatible, de número uno, supone un reclamo innegable para los patrocinadores. Y su credibilidad, alejado de los permanentes escándalos de dopaje que rodean al ciclismo los últimos años -algo de lo que su propio equipo no ha escapado-, arrastra a diversas compañías a asociarse con un deporte demasiadas veces puesto en entredicho. Según varios estudios realizados en sucesivas temporadas por el grupo de investigación en Economía, Deportes e Intangibles de la Universidad de Navarra, el ciclismo corre el peligro de acabar emparentando su imagen con el dopaje. En sus últimos informes que miden la repercusión mediática de los ciclistas, aquellos que han estado relacionados con casos de doping ocupan los primeros puestos del ranking, relegando los triunfos deportivos a un segundo plano. Tal y como aduce el catedrático Francesc Pujol, por primera vez en el deporte de élite, una clasificación de valor mediático está dominada por factores negativos y añade que el ciclismo se ha convertido en estos últimos años en una inversión publicitaria de alto riesgo.Algo que las firmas no pueden permitirse, ya que las marcas temen que se las vincule más a escándalos extradeportivos que a instantáneas de éxito, como reconocen desde Media Planning, empresa de planificación estratégica: "Los impactos no son nada positivos para las marcas que patrocinan los equipos, y si estos casos persisten, las marcas acabaran perdiendo más de lo que pueden ganar y se replantearan su postura". En ese sentido, la figura de Contador aparece como un reclamo difícil de obviar.