El 'caso Bettencourt' se complica con cuatro detenciones por evasión fiscal
La lucha por el control de L'Oréal vuelve a dar una vuelta de tuerca con la detención de cuatro colaboradores de su máxima accionista. Entre ellos, su abogado y el gestor de su patrimonio, quien podría haber hecho donaciones al partido de Nicolas Sarkozy.
El caso Bettencourt va camino de convertirse en uno de los escándalos más rocambolescos de la historia reciente de Francia. Ingredientes no le faltan: un ministro de Trabajo al borde del abismo por haber gestionado dudosas donaciones al partido en el Gobierno, la disputa por una de las principales fortunas del país, así como varios delitos de evasión fiscal y lavado de dinero. Sin olvidar que la principal protagonista es la máxima accionista de L'Oréal, el emporio cosmético más importante del mundo.
El caso dio ayer una nueva vuelta de tuerca con la detención de cuatro colaboradoras de Liliane Bettencourt (de 87 años), la primera accionista de L'Oréal y la mujer más rica de Francia, con una fortuna que se estima en 17.000 millones de euros.
Los detenidos son Patrice de Maistre, quien gestionaba la fortuna de Bettencourt; su abogado, Fabrice Goguel, y el gestor de su propiedad en las islas Seychelles, Carlos Vejarano. Sin embargo, el detenido más polémico es el fotógrafo François-Marie Banier, quien desencadenó la disputa por el control de L'Oréal, al haber sido acusado por la hija de Bettencourt de aprovecharse de su supuestamente débil salud mental para lograr donaciones por valor de 1.000 millones. Todo indica que los cuatro detenidos podrían haber participado en operaciones de evasión fiscal y lavado de dinero a través de cuentas secretas en Suiza, así como la gestión de una propiedad en las Seychelles de la que Hacienda francesa no tenía constancia.
Sin olvidar una presunta donación a la Unión para un Movimiento Popular (UMP) -el partido de Nicolas Sarkozy- que habría gestionado el ministro de Trabajo, Eric Woerth, que hasta esta semana también era tesorero del partido. "Estas cuatro personas están detenidas para interrogarlas por el contenido de grabaciones secretas", aseguraba ayer un portavoz de la Fiscalía de Nanterre. El caso Bettencourt saltó a la luz gracias a las grabaciones realizadas en secreto por el ex mayordomo de la millonaria.
Las detenciones de ayer pueden dar un giro al caso si finalmente son imputados por delitos al fisco. De ser así, el control del 30% del capital de L'Oréal podría pasar de las manos de la hija de su fundador a las de su nieta -Françoise Bettencourt-Meyers- quien ha acudido a los tribunales para colocar su fortuna bajo tutela judicial. Las detenciones se realizaron sólo un día después de que Liliane Bettencourt se defendiera públicamente de las acusaciones que ponen en duda su capacidad para gestionar su fortuna. La millonaria aseguraba en un comunicado que está siendo víctima de un "ensañamiento innoble". En su defensa, asegura que va a ordenar una "auditoría independiente" sobre la gestión de las sociedades Téthys y Clymène. "Desde hace cuarenta años, me dedico a mi papel de primer accionista del primer grupo mundial de cosméticos. Pretendo seguir con esta tarea y espero que mi hija no desestabilice este grupo, que mi padre y yo misma deseamos que sea francés".
El grupo cosmético, inmune al escándalo
Mientras el control de la mayor participación en el capital de L'Oréal atraviesa uno de los escándalos más polémicos, el grupo dueño de Garnier, Lancôme o Biotherm parece inmune a la polémica. La filial española aseguraba ayer a Efe que "lo peor de la crisis ya ha pasado" y que sus ventas han repuntado en la primera mitad del año, aunque la filial no cuantifica esta mejora. Para compensar la negativa situación del mercado, L'Oréal España ha variado ligeramente su modelo de negocio, recortando precios y modificando el formato de algunos envases.En cuanto a la multinacional, ésta cerró el primer semestre con una facturación de 9.670 millones de euros, un 10,2% más que en el mismo periodo del ejercicio 2009. Unas ventas que se han visto empujadas por los mercados emergentes, ya que Europa sólo creció un 2,6%.