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Las ayudas públicas son limitadas

Zapatero defiende ''privatizar'' las cajas para salvarlas de una "muerte dulce"

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró hoy en el Congreso que la reforma de la Ley de Organos de Representación de las Cajas de Ahorro (LORCA) requiere abrir las entidades al capital privado por que lo contrario supondría "condenar a una parte de ellas" a una "muerte dulce", ya que el erario público "no puede aportar dinero público indefinidamente" para su reestructuración y saneamiento.

José Luis Rodríguez Zapatero
José Luis Rodríguez ZapateroEfe

En su réplica al diputado del BNG, Francisco Jorquera, durante el debate sobre el estado de la Nación en el Congreso, al que pidió que sea "lealmente consciente" de que una gran parte de las cajas "han necesitado y necesitan" reestructuración. Para ello, recalcó, requieren capital, pero no sólo publico, porque las entidades han de ser competitivas y no se pueden "cargar en los impuestos a los ciudadanos" las decisiones de las empresas.

En este sentido, alertó de las consecuencia "tan grave" para el sistema que tendría no aplicar las reformas aplicadas en el decreto y pidió su comprensión al BNG, aunque "sólo sea por las cajas gallegas".

Cajas gallegas

Sobre esta cuestión, Zapatero dio por zanjado la polémica entre la Xunta y el Gobierno central con el acuerdo de fusión entre las entidades gallegas, ya que este resultado "coincide" con las reclamaciones del BNG y aseguró que el Ejecutivo "ha hecho un esfuerzo dentro de la racionalidad económica y competencias del Banco de España" para que así fuera.

Anoche, durante su debate con el diputado de IU, Gaspar Llamazares, Zapatero recalcó la importancia de la reforma para evitar que la "sombra de duda" sobre el sistema financiero español continúe y castigue a los intereses de la deuda española.

Un problema de solvencia

"Es un problema de supervivencia de una parte de las cajas", señaló, advirtiendo de que la falta de reforma en este ámbito castigaría los intereses de la deuda y obligaría a dedicar más del dinero del Presupuesto al pago de los intereses y menos, por tanto, a la política social.

Zapatero aseguró que las cajas de ahorro han sido "un modelo de éxito" en España porque tienen vinculación "directa" con la ciudadanía, están presentes en todos los territorios y han ayudado a muchas pymes, entre otras cosas.

No hay espacio para todas

Sin embargo, recordó que la crisis del sistema financiero reducirá en un 20% ó 30% el tamaño del negocio, de lo que se puede deducir que "no hay espacio para todas las cajas que han existido hasta ahora". Además, recordó que una parte importante de ellas están expuestas al sector inmobiliario y arrastran algún problema de solvencia.

"No me preocupa la solvencia de las llamadas cajas, sino que detrás están los ahorros de los ciudadanos, los depósitos, los préstamos a empresas, las hipotecas de los que han comprado una vivienda", señaló el jefe del Ejecutivo, quien consideró que esta condición otorga al Gobierno una "enorme responsabilidad" a la hora de afrontar el proceso de reconversión del sistema.

Zapatero recordó que, con la reforma, el Gobierno hará que se comparta la estructura del sector privado con la del sector público, ya que permitirá a estas entidades emitir cuotas participativas con derechos políticos, similares a las acciones, por un importe no superior al 50% de su patrimonio.

En este sentido, rechazó las críticas de las formaciones que no respaldan la reforma y pretenden que el "grifo" del Presupuesto esté abierto para inyectar dinero en las cajas que lo necesiten. "Ya le digo que no", espetó Zapatero al diputado de IU Gaspar Llamazares, que fue quien criticó al Gobierno por "bancarizar las cajas".

Zapatero aseguró que un modelo como el que defiende Llamazares "no es sostenible" y aseguró que, a pesar de la reforma, las cajas que sean "muy fuertes" podrán seguir como hasta ahora. "Y las que no, que son una buena parte, tendrán que reestructurarse y abrirse al capital privado", añadió.

Zapatero insiste en reformar las pensiones

De igual manera, Zapatero defendió hoy en el Congreso su propuesta de emprender ya la reforma de las pensiones elevando de 65 a 67 años la edad legal de jubilación, con el objetivo de "adecuar" el sistema de la Seguridad Social a la evolución demográfica. De lo contrario, dijo, la alternativa sería subir "drásticamente" las cotizaciones sociales que abonan las empresas, algo que, a su juicio, "no sería una idea mínimamente inteligente".

Durante el Debate sobre el estado de la Nación en el Congreso, Zapatero pidió a la oposición que se acerque con "objetividad" a este debate porque los datos sobre la evolución de la población son "apabullantes" y negó que sus propuestas respondan a "ningún planteamiento de mercado, ni nada de eso", sino que sólo buscan hacer una "progresiva racionalización".

"La concepción neoliberal me es muy extraña", recalcó Zapatero, quien añadió que el Gobierno "no actúa al dictado de nadie". Asimismo, admitió que la reforma de pensiones "no es urgente", pero precisó que conviene hacerla ahora para que "aporte estabilidad" y las reformas sean "más graduales, progresivas y más fáciles de llevar a la práctica".

En este sentido, recordó que el Congreso y el Senado han pedido esta reforma y a ello responde la propuesta del Gobierno, remitida al Pacto de Toledo el pasado mes de enero.

Sobre la reforma laboral, destacó que el marco laboral tiene su "incidencia" en la crisis económica y no se puede "estar satisfecho", "Parece razonable hacer una reforma, pero no prejuzguemos los resultados", pidió.

En cualquier caso, recalcó la necesidad de cambiar el modelo productivo como verdadera vía para crear empleo, y señaló que el anterior modelo, sustentado en la construcción inmobiliaria, ya no es "productivo" y hay que "interiorizar" esa realidad.

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