El tamaño sí importa
La productividad de las empresas de menos de 20 empleados es aproximadamente la mitad de la de las empresas de más de 250"; "la fuerte presencia de pymes en la estructura empresarial española supone una rémora para la evolución de la misma". Con frases tan contundentes como éstas, la Fundación Cotec para la Innovación Tecnológica ha presentado su informe anual sobre la situación de la misma en España, tal como recoge Miguel A. Noceda en El País.
La fundación pone el dedo en la llaga sobre uno de los aspectos más críticos de la economía española: la falta de tamaño de las empresas y su relación directa con la competitividad. Nos preocupamos más por crear empresas que por desarrollar las existentes. Somos un país de iniciadores y no de ejecutores. Los profesionales españoles no nos motivamos desarrollando conceptos que otros han iniciado.
A todo ello hay que añadir el peso de la empresa familiar; muchos empresarios familiares siguen pensando que el talento del familiar fundador siempre se hereda, pocos han entendido que lo único que se hereda son las acciones. A la necesidad de fomentar empresas de mayor tamaño respondemos fomentando la cultura emprendedora. Se podría pensar que sin emprendedores nunca existirán empresas grandes; que unos son el germen de las otras y que países con grandes empresas, como EE UU, tienen grandes emprendedores.
La economía es hoy tan rápida que exige de las nuevas oportunidades una explotación expansiva y concentrada en el tiempo. Es imposible realizarlo con posibilidades de éxito sin estar dentro de un ecosistema emprendedor; la pieza angular del ecosistema es la industria y su tejido, no la cultura emprendedora.
Es la industria la que adquiere e integra las empresas resultantes de un proceso emprendedor; de este modo los países que disponen de industria potente y dimensionada cuentan con emprendedores reincidentes; aquellos que han comprendido que su habilidad consiste en realizar los emprendimientos y que una vez estabilizados son vendidos al ecosistema empresarial.
Por el contrario, aquellos países que no tienen una cultura emprendedora naturalizada y de una industria desarrollada carecen de la posibilidad de dar salida a los nuevos proyectos. Este es el motivo por el que muchos emprendedores se ven obligados a avanzar ellos mismos al frente de las empresas que crearon, pero que no disponen de tiempo para desarrollarlas e iniciar de nuevo un proceso emprendedor. En definitiva, es importante emprender, pero lo es más desarrollar y dimensionar.
Antonio Flores. Consejero delegado de Loop Business Innovation y presidente de CN (Competitive Network)