_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El euro resucita

El euro ha resucitado tras su entierro hace un mes. La moneda ha pasado de 1,20 dólares a cerca de 1,27. Se ha producido una fuerte apreciación en un mercado que había acortado como nunca la moneda única. La tendencia continuará probablemente por encima de 1,30 dólares, o tal vez más, si los datos de EE UU no decepcionan.

El euro ha defraudado a los intermediarios, sin llegar al colapso. La crisis griega pudo haber seguido por la crisis extrema de otros lugares. No fue así. Los diferenciales de la deuda de los Gobiernos son elevados en Portugal, Irlanda, España e Italia, pero no han estallado como en Grecia. Las autoridades europeas han respondido a la ruina griega levantando un enorme muro en torno de su periferia.

¿Qué defensa es esta? El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera será capaz de disponer de hasta 440.000 millones de euros, casi tres economías portuguesas. Pero la construcción no es demasiado bonita. Hay incesto: la restricción de préstamos del BCE a los bancos se convierte en una financiación cuasi fiscal, ya que éstos compran los bonos soberanos. Y falsificación: el propio BCE compra algunos bonos soberanos. El viejo Bundesbank alemán nunca habría hecho eso.

Pero el BCE ha sorprendido por lo que podría recurrir. Jean-Claude Trichet defendió el jueves pasado que los mercados habían sido simplemente "demasiados pesimistas" sobre la capacidad de la zona euro. Pero hay una diferencia entre un andamio feo y una estructura sólida. La arquitectura de la eurozona sigue siendo motivo de preocupación. La oferta monetaria ha caído pese a los préstamos del BCE. El crédito y las perspectivas de crecimiento son escasos y los bancos sólo se preocupan por los test de estrés. Esto presionará más a la periferia.

Ian Campbell

Archivado En

_
_