La Bolsa intradía
Los resultados entorpecen aún más las emisiones corporativas
El éxito de la colocación sindicada que realizó el martes el Tesoro dio esperanzas para una próxima apertura del mercado de capitales. Los inversores demostraron gran interés por la deuda soberana española, a pesar de las incertidumbres de su economía, y para algunos analistas esa demanda era un buen síntoma para ir pensando en otras colocaciones privadas, de entidades financieras y corporaciones españolas. Sin embargo, la presión del mercado permanece -con una prima de riesgo sobre los 200 puntos básicos- a lo que se añade un calendario poco propicio para las emisiones corporativas. Además de la proximidad del mes de agosto, el inicio de la temporada de resultados suele paralizar las colocaciones de deuda corporativa. Según una norma no escrita, los bancos de negocios no preparan emisiones en las dos semanas previas a la publicación de las cuentas trimestrales, vaya a ser que deparen sorpresas negativas a los inversores que acaban de comprar los títulos.
Los fletes marítimos no dan buenas noticias
Es una costumbre firmemente arraigada en los mercados el buscar, en los momentos de crisis, indicadores poco habituales que justifiquen un optimismo a prueba de bombas o un pesimismo secular. El Ted Spread, el índice OIS o el iTraxx han sido compañeros de viaje de los operadores los últimos años, y también lo ha sido el Baltic Dry Index. Este índice, reflejo del precio de los fletes marítimos en el Báltico, es un indicador de demanda de transporte de bienes de equipo y se considera un indicador adelantado de la economía. Anticipó la gravedad de la crisis en 2009 con un desplome sin precedentes a finales de 2008. Y en el último mes ha caído a la mitad, con 29 sesiones seguidas a la baja. Aunque algunos economistas tranquilizan: si se anticipase un parón de la actividad industrial, los precios de los metales caerían.