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Prevé el 18% de paro en 2011

La OCDE respalda la reforma laboral pero pide cambios en los convenios

El último informe sobre empleo de la OCDE señala el decreto de reforma laboral del Gobierno como una vía para promover la flexibilidad y recortar la temporalidad del mercado español. Con todo, sólo espera una "leve mejora" en la tasa de paro en el corto plazo.

El Gobierno presentó en junio una reforma laboral de gran calado". La OCDE define así el polémico decreto, hoy en trámite parlamentario, en su informe Perspectivas del Empleo 2010, presentado ayer. El organismo que asesora a la treintena de países más industrializados sale al paso de las críticas de sectores empresariales españoles, que han calificado de insuficiente la reforma. Para la OCDE, "al aclarar los términos de despidos procedentes, el decreto debería facilitar los ajustes de trabajadores permanentes en función de la situación económica". Precisamente, buena parte de las críticas se refieren a la indefinición de esas causas de despido, consistentes en acreditar "mínimamente" ante el juez las dificultades económicas.

El decreto serviría, incluso con su redacción actual, para elevar la flexibilidad interna de las empresas, "facilitando la modificación de las horas de trabajo y los salarios (con respecto a los convenios colectivos) con márgenes de ajuste para las empresas con dificultades económicas". Asimismo, "el futuro fondo de capitalización para trabajadores debería promover la movilidad, ya que los fondos son transferibles de una empresa a otra".

Lenta recuperación laboral

La OCDE advierte, en todo caso, de que cambiar a empresas y trabajadores "puede tomar tiempo, y la complejidad de las normas laborales y la negociación colectiva no facilitan la situación". Así, a corto plazo sólo espera una "leve mejora" en la tasa de paro, que aún estará en el 18,1% a finales de 2011. Además, reclama "más esfuerzos para evitar el distanciamiento de los parados de larga duración con el mercado de trabajo". El secretario general del organismo, Ángel Gurría, pidió además a los grupos políticos apoyo a la reforma en su tramitación.

El informe destaca la fuerte elasticidad del empleo respecto a la evolución del PIB español: desde su nivel más alto, en el primer trimestre de 2008, la actividad ha caído 4,5 puntos y, el empleo, 8,6. En cambio, en la zona el PIB cayó más (5,8 puntos), y el empleo sólo lo hizo en 1,6 puntos. La OCDE achaca esa sensibilidad a dos factores principales: por una parte, la sobreponderación del sector inmobiliario, "el mismo patrón que se observa en Irlanda y Estados Unidos". Por la otra, la falta de flexibilidad del tiempo de trabajo y los salarios, que han servido de colchón frente a la recesión en Alemania, Corea del Sur o Noruega.

El ajuste español se ha centrado de forma unívoca en la no renovación de los contratos temporales, mientras las horas trabajadas por empleado y los salarios reales incluso han crecido.

El empleo, "prioritario" frente al recorte del déficit

"Es probable que el desempleo haya tocado ya su nivel más alto en la OCDE, situado en el 8,6% en mayo de 2010". Con esta frase, el organismo multilateral radicado en París señala que, por fin, se ha llegado al punto de inflexión en materia de empleo una vez concluida la llamada Gran Recesión. Eso sí: los países ricos deberán crear hasta 17 millones de empleos para volver a los niveles que alcanzaron en 2007, justo antes de que empezase la crisis financiera. Por eso, el secretario general del organismo, Ángel Gurría, tomó ayer partido en el debate que centró la última reunión del G-20, en la que Estados Unidos apostaba por mantener los estímulos fiscales y la Unión Europea por retirarlos. "La creación de empleos debe ser la prioridad de los gobiernos", afirmó Gurría en la presentación del informe. Eso sí: matizó que "reducir al mismo tiempo el paro y los déficits presupuestarios es un desafío de grandes dimensiones, pero se debe atacar de frente. El riesgo se centra ahora en que millones de personas pierdan el contacto con el mercado de trabajo".En el conjunto de la OCDE hay 47 millones de parados, frente a los 30 de hace dos años. Pero el organismo alerta de que, si se toman en cuenta las personas que han renunciado a buscar un empleo o que trabajan a tiempo parcial deseando hacerlo a tiempo completo, "el número real de personas con subempleo podría aproximarse a los 80 millones" en la treintena de países miembros. Por eso, la entidad pide a los gobiernos que "resistan la tentación" de limitar las prestaciones o las sumas destinadas a políticas activas de empleo. Además, sugiere suprimir cotizaciones empresariales para los contratos de parados de larga duración.

Sólo tras Irlanda

En términos relativos, España aglutina la segunda pérdida de empleo durante la crisis, sólo detrás de Irlanda. Hasta dos millones y medio de puestos de trabajo se han perdido desde finales de 2007, sobre los 20 millones que había entonces. En la isla, los 318.000 empleos a recuperar suponen la quinta parte de los actuales.

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