El futuro pasa por Latinoamérica
Latinoamérica es la región que se encuentra en la mejor posición para convertirse en la ganadora del siglo XXI". Esta frase fue pronunciada ayer por el director general de la División América de Santander, Francisco Luzón, pero seguro que sería suscrita por la totalidad de los responsables de las mayores empresas españolas. Más de 600 millones de potenciales consumidores que representan el 9% del PIB mundial y con un largo tramo de mejora económica por recorrer es motivo más que suficiente para lanzar un pronóstico de ese calibre, que desafía a los grandes defensores de que el área económica de mayor proyección es Asia.
Pero Latinoamérica no sólo es futuro. También es presente. Y así lo demuestran el creciente peso que tiene la inversión en la zona en el balance de Santander, el de Bancomer en BBVA o la durísima batalla en la que se ha embarcado Telefónica para hacerse con el control de la brasileña Vivo. La pujanza de la región es, pues, evidente. De ahí que el principal empeño de autoridades e inversores deba centrarse en conservarla a toda costa. Y para lograrlo es imprescindible que los poderes públicos generen y garanticen un marco legal estable y que las empresas no caigan en la tentación del dinero fácil y apuesten por una inversión sostenible.