Por leyes que no quede
La función del legislador es aprobar leyes. Sin embargo, a veces su afán resulta desmesurado. En España, hasta ahora, existía un texto normativo que regulaba las empresas de responsabilidad limitada y otro que se centraba en las sociedades anónimas. Una tercera ley servía de marco para las compañías que, además de ser anónimas, también cotizan en Bolsa. Y si ello no fuera bastante, las llamadas sociedades comanditarias por acciones también gozaban de su propio texto normativo.
La salud de abogados y gestores agradecerá que, finalmente, el Gobierno haya puesto fin a este batiburrillo legislativo y haya aprobado la Ley de Sociedades de Capital, que unifica en un único texto toda la normativa referente a las distintas tipologías de empresas que existen en España.