La legitimidad de BT en la disputa salarial
BT tiene derecho a mantenerse firme en el conflicto salarial. Los trabajadores quieren una mayor tajada de la recuperada operadora británica British Telecom. Pero en un momento de congelaciones salariales en la mayor parte de los sectores público y privado, la demanda de un aumento del 5% en 2010 frente a la oferta de la compañía del 2% parece extrema.
Los empleados deben apoyar la huelga a nivel nacional, la primera en la empresa en más de dos décadas, en la votación organizada por la Unión de Trabajadores de la Comunicación, que representa casi la mitad de la plantilla fija.
La compañía propone un contrato de dos años para los ingenieros y el personal del call center. Además del aumento del 2%, promete una subida adicional del 3% en 2011. Los empleados también recibirán incentivos en efectivo. Según BT, la oferta equivale a un aumento promedio de más del 4% en 2010. Altos ejecutivos de BT y el equipo de trabajadores de cuello blanco (35.000) habían aceptado este acuerdo del 2% este año. Por ejemplo, el consejero delegado, Ian Livingston, sólo aceptará la subida del 2%.
Mientras, los ingresos de BT bajan y su déficit de pensiones, estimado en 7.500 millones de libras a finales de diciembre, sigue siendo enorme. El operador de telecomunicaciones deberá vigilar con atención este coste. La reducción de costes, después de todo, fue el principal impulsor de la mejora del Ebitda y del flujo de caja en el último ejercicio.
La huelga puede perjudicar las nuevas ventas de BT, ya que la empresa se prepara para impulsar su estrategia de televisión de pago, pero es poco probable que repunte de forma repentina. Las mejoras técnicas significan menos fallos. Así que es improbable que se repita lo ocurrido en 1980, cuando los consumidores se quedaron sin hacer llamadas telefónicas. Tampoco se puede decir que es similar al conflicto que tuvo British Airways con su sindicato y que perjudicó gravemente el tráfico aéreo este año. El grupo puede permitirse el lujo de mantener su posición.
Una Galani