El clima para hacer negocios en España se deteriora
Mercado laboral y creación de empresas, lo peor valorado
España está lejos de ser el sitio más adecuado para emprender o hacer negocios, según los principales organismos de clasificación globales. El Foro de Davos, el IMD o el Banco Mundial sitúan de forma sistemática a España en la zona media o incluso baja de sus rankings de competitividad o facilitación empresarial. Las últimas ediciones de sus índices, correspondientes a 2010, abundan en esa pobre calificación e incluso la agudizan.
El informe Doing Business que elabora el Banco Mundial analiza las facilidades que ofrece cada país para hacer negocios. España aparece en un oscuro puesto 62 sobre un conjunto de 183. Más aún: ese puesto supone una pérdida de 11 posiciones respecto al año pasado. El organismo multilateral analiza diez campos que determinan ese resultado, y sólo en uno de ellos España gana posiciones. Se trata del pago de impuestos, aliviado por la reducción del tributo sobre sociedades. En facilidad para trabajadores y creación de empresas aparecen las clasificaciones más alarmantes, con los puestos 157 y 146, respectivamente.
Habrá que esperar al próximo año para saber si esos ínfimos niveles son mejorados por algunas de las principales iniciativas legislativas en curso en el país, como la Ley de Economía Sostenible o la reforma laboral que está tramitando el Congreso de los Diputados. Aunque parten de niveles bastante menos preocupantes, también empeora la clasificación española en cuanto a las facilidades para conseguir financiación (dos puestos, hasta el 43) y la protección a los inversores (cinco, hasta el 93). Irónicamente, España sólo sale bien parada (puesto 19) en la facilidad para cerrar empresas.
También la escuela de negocios suiza IMD otorga una gris posición a España en su ranking de competitividad: la número 36 entre 58. Es decir, la parte baja de la tabla, después de perder tres puestos respecto a 2009. Si se lleva el análisis hasta 2006, se observa una fuerte caída de posiciones en las cinco áreas de análisis de la entidad. Sirvan de ejemplo la eficiencia del Gobierno (pasa del puesto 34 al 45) o la del mundo empresarial (del 36 al 44). En este caso, la mejor posición final es la de las infraestructuras (28, dos puestos menos que hace cinco años).
Por su parte, el índice de competitividad global que elabora el Foro Económico Mundial (que celebra sus cumbres anuales en Davos, Suiza) sitúa a España este año en el puesto 33 sobre un total de 133, lo que supone una pérdida de cuatro puestos respecto al año anterior. Bastante por delante aparecen en la clasificación países como Qatar o Malasia.
Un poco mejor parada queda España en la clasificación de libertad económica que elabora el think tank estadounidense The Heritage Foundation: el puesto 33 de 184, aunque también ha perdido puntos respecto al año pasado.
Pierde el Mediterráneo
El grueso de estas clasificaciones coinciden en situar entre los más competitivos a los países de influencia anglosajona, como Estados Unidos, Australia o Nueva Zelanda. También son habituales en las primeras plazas los países del norte de Europa, así como algunos dragones asiáticos como Singapur o Hong Kong. Al mismo tiempo, aparecen en posiciones poco adecuadas al tamaño de sus economías países de la Europa mediterránea, como Francia, Italia o la propia España.