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Sobre el veto a Telefónica

Sócrates:"Gobierno hizo lo que debía para defender los intereses de Portugal"

El primer ministro luso, José Sócrates, ha afirmado que "el Gobierno hizo lo que debía para defender los intereses de Portugal y de Portugal Telecom" al vetar la venta a Telefónica de la participación de PT en la brasileña Vivo.

En un artículo de opinión publicado hoy por el diario luso Público', el jefe de Gobierno reconoció que "PT es una empresa muy importante para el país" y su participación en Vivo es "un activo estratégico de éxito en el mercado brasileño, es la empresa de telecomunicaciones número 1 en el país".

Sócrates hizo estas afirmaciones después de que el Ejecutivo luso vetase ayer la venta del 30% de la brasileña Vivo a Telefónica, pese a haber sido aprobada por los accionistas de Portugal Telecom, gracias a una "acción de oro" cuestionada por Bruselas y por la propia empresa lusa.

La decisión del Ejecutivo socialista de Portugal se conoció durante la asamblea de accionistas de PT celebrada ayer para decidir la venta de las acciones de Vivo, líder de la telefonía móvil en Brasil, por los 7.150 millones de euros que ofreció a último momento Telefónica.

El presidente de la asamblea general de PT, Antonio Menezes Cordeiro, aceptó el veto de la acción estatal lo que dejó sin efecto los demás sufragios emitidos en la reunión. "La internacionalización de PT y su presencia en Brasil es absolutamente fundamental para la economía portuguesa.

Por eso comprendo el interés de los españoles de Telefónica en comprar una empresa tan buena", escribió el primer ministro, que reconoció que también entendía los intereses financieros de los accionistas de la empresa lusa por obtener ganancias a corto plazo.

Sin embargo, Sócrates explicó que al Estado portugués "no le compete defender los intereses de las empresas españolas, ni los intereses financieros a corto plazo, sino los intereses estratégicos del país".

El mandatario negó que se hayan "atropellado los derechos legítimos de otros accionistas" y argumentó que el Estado "se limitó a no permitir que sus intereses fuesen desconsiderados e ignorados". "El Gobierno -por lo menos este Gobierno- no abdica de ningún instrumento disponible para defender los intereses estratégicos de Portugal; si alguien no sabía esto, ahora ya lo sabe", concluyó Sócrates.

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