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Tribuna
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Los efectos de la subida del IVA en el consumo

Es urgente recuperar la fuerza del consumo y para ello es necesario volver a la estabilidad, es decir a la confianza. Pero afirmar esto requiere, al mismo tiempo, decir cómo hacerlo, a través de un plan y con un nuevo modelo.

La crisis financiera internacional y sus consecuencias en las economías nacionales, en especial en la española, acabaron provocando una importante contracción del crecimiento y posterior pérdida de puestos de trabajo, con el desplome del sector inmobiliario y la caída del consumo.

La consecuencia inmediata es situarnos en una encrucijada histórica que demanda un cambio sustancial mientras el inmobiliario en su conjunto termina de llevar a cabo los ajustes precisos.

En el futuro inmediato es básico para nuestra economía recuperar el consumo y hacerlo con fuerza. En estos años de desarrollo, los centros comerciales han alcanzado el éxito en nuestro país gracias a una sociedad, cada día más exigente y más competitiva, que ha apostado por el cambio, la modernidad y el progreso. Este triunfo se basa en los millones de personas que cada año acuden a estos espacios de convivencia que llamamos centros comerciales y que contribuyen de forma decisiva al crecimiento económico y a la creación de empleo. En concreto, el último año, en plena fase de destrucción de empleo, se crearon más de 9.000 empleos estables en los centros comerciales. Durante las últimas décadas, a pesar de operar en un entorno de trabas administrativas, los centros comerciales han creado en nuestro país más de 350.000 puestos de trabajo.

Son los comerciantes los que llevan la vitalidad a los centros comerciales, como pieza primordial en nuestro estilo de vida. Sin su aportación inigualable, no es viable que llegue al sistema una oferta global, completa y variada para crear y satisfacer todas las demandas.

Especialmente en un momento de incertidumbre y declive de la confianza es vital la fuerza que nos aporta la unión de los comerciantes y que, al mismo tiempo, representa un modelo envidiable y envidiado debido a la generación de economías de escala, por el beneficio compartido a través de la integración y, de forma especial, por la diversificación del riesgo para alcanzar un éxito que se garantiza exponencialmente a través del formato de los centros comerciales.

La inminente y anunciada subida del IVA del 16% al 18% en el tipo general tendrá un efecto muy negativo en el comercio minorista y en el conjunto de la economía, especialmente en un momento en el que la sociedad española debería comenzar a recuperar la confianza.

Después de dos años de crisis económica, con consecuencias muy evidentes en la evolución del consumo, habría que aportar ideas que sirvan para incentivar la actividad y crear empleo que permita volver a la estabilidad del sistema y recuperar la confianza.

La subida del tipo general del IVA en dos puntos va a suponer un incremento de los precios en su conjunto de hasta 4.000 millones de euros anuales y en las ventas de los centros comerciales la subida representará un incremento de 600 millones de euros.

El sobrecoste se trasladará, en primer lugar, directamente al consumidor, generando un marco de rechazo, por lo que el incremento de precios no será aceptado, al menos en una parte. Al mismo tiempo, el porcentaje que las familias españolas no asuman, tendrá que absorberlo el sistema productivo en su conjunto, con un reparto que afectará a los distintos escalones que intervienen en la distribución, desde productores hasta transportistas, fabricantes y empresas de servicios, propietarios de locales comerciales y todos los elementos que configuran la cadena de costes, sin descartar el margen de beneficio de las ventas de comerciantes y cadenas.

La fuerza y el potencial de los centros comerciales residen en su capacidad para atraer a aquellos comerciantes, cadenas, formatos y segmentos del comercio que se caracterizan por su innovación constante, en una obligación por la competencia y casi obsesión por la nueva oferta centrada en los mejores precios a los clientes. Con ello, esta nueva oferta inteligente contribuye a crear empleo y al control de los precios, las dos necesidades más acuciantes del sistema económico de nuestro país y así evitar sus problema endémicos, esto es, desempleo y estancamiento con inflación.

Javier García-Renedo. Presidente de la AECC (Asociación Española de Centros Comerciales)

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