Reino Unido avanza la tasa bancaria
Reino Unido ha cumplido sus amenazas contra la banca. El impuesto planeado por la coalición sobre el balance de las grandes entidades contribuirá a reducir el déficit público en 2.500 millones de libras al año. La tasa está claramente diseñada para animar a la banca a reducir su dependencia del dinero caliente a corto plazo. Pero si otros países no siguen a Reino Unido, muchos británicos buscarán refugio en los paraísos fiscales.
El plan británico es similar al de Obama, con tres diferencias. Primero, mira al futuro, mientras el americano está pensado para recuperar el dinero de los contribuyentes. Segundo, es más barato (7 puntos básicos sobre el pasivo, frente a 15 pb.). Y el más importante, el británico recompensa a los bancos que apuestan por los fondos a largo plazo. Para los depósitos a más de un año, el impuesto se reduce a la mitad. Es un acierto teniendo en cuenta que parte de la crisis se produjo con las apuestas por el dinero a corto plazo. Aunque podrían haber eximido totalmente al largo plazo.
La gran banca poco pueden argumentar contra esto. Cierto que encaja mal con la pretensión del Gobierno de que presten más a los pequeños negocios, aunque el dinero que han recibido de los contribuyentes es superior al que tendrán que pagar.
El hecho de que EE UU, Francia y Alemania le sigan los pasos da cobertura internacional a la medida. Aunque es irónico que una de las primeras decisiones del Gobierno, más euroescéptico que la oposición, sea coordinar la política fiscal con la zona euro.
Sin embargo, que se haya adelantado sin un acuerdo internacional genera dudas. Podría ganar atractivo hacer negocios en Suiza o Singapur y algunos bancos de inversiones no ingleses, podrían abandonar la City hacia otras ciudades menos caras. Si es así, la política habrá fracasado.
Peter Thall Larsen