El mundo es plano
Hoy en día nadie pone en duda que el tamaño de mercado y la calidad regulatoria son factores fundamentales que inciden en el crecimiento económico y el bienestar de los ciudadanos. La actividad regulatoria del Estado y de las CC AA se ha multiplicado casi por 10 entre 1983 y 2008. Este incremento en los costes de transacción contribuye a segmentar el mercado, actuando como barreras de entrada para las empresas de otras regiones y países en aquellas actividades que requieran licencias o autorizaciones en función de criterios discrecionales donde se prime a las empresas locales en detrimento de las foráneas.
En un mundo globalizado la atracción de inversión de capital extranjero es un factor fundamental para el crecimiento económico y ello pasa necesariamente por la eliminación de todo tipo de barreras en los mercados interiores. Así, en la Comunidad de Madrid, en los últimos años, ha imperado la máxima de eliminar las barreras que hacen más difícil o costoso el ejercicio de las actividades económicas con el fin de crear una política business friendly que sirva para atraer inversiones y, en suma, favorecer el crecimiento. En este sentido, Madrid ha aplicado una política race to the bottom, es decir, ha optado dentro de este maremágnum regulatorio por simplificar al máximo su regulación con objeto de aumentar su competitividad, atraer inversiones y competir con las regiones más avanzadas de Europa.
Y es que la Comunidad de Madrid cree en la iniciativa privada como motor de la actividad económica de la región y sólo interviene para simplificar las barreras que obstaculizan la actividad privada. Si a esto le unimos que Madrid, en su apuesta por las empresas, cuenta con Madrid Network, instrumento fundamental de colaboración público-privado para promover la cultura de innovación, los resultados son meridianos.
La Comunidad de Madrid tiene ya un PIB per cápita un 23,5% superior a la media de la UE 27 y un 29,8% superior a la media española. También cuenta con importantes infraestructuras de comunicación que la convierten en el principal centro logístico de España y del sur de Europa.
Además destaca en nuevas tecnologías y en innovación. De todas las regiones españolas, es la que más invierte en investigación y desarrollo, alcanzando el 2% de gasto en I+D en porcentaje del PIB, por encima de la media española y la europea.
Los clusters y los parques científicos y tecnológicos son los dos pilares sobre los que se sustenta Madrid Network para favorecer un entorno donde la creatividad y la innovación conviertan a la Comunidad de Madrid en un polo de innovación internacional.
Los doce clusters representan casi el 40% del PIB regional, y los seis parques científicos y tecnológicos, con una inversión pública y privada de 1.200 millones de euros, generarán 1.900 nuevas empresas y el 2,5% del empleo de calidad madrileño.
También es importante el Plan Director de Infraestructuras promovido desde las empresas de Madrid Network, que con una inversión prevista de 9.000 millones de euros generará 120.000 empleos y tendrá una gran influencia para lograr una mejora ambiental y atraer nuevas actividades económicas a la región.
Asimismo, se está promoviendo a nivel internacional la atención sobre el modelo madrileño de gestión de las infraestructuras públicas que, en base al partenariado público-privado, ha despertado un gran interés y abierto la puerta a las empresas de la red para participar en proyectos de infraestructura en todo el mundo.
Con Madrid Network se trata de crear las condiciones que permitan a las empresas madrileñas progresar en su competitividad y posicionar a la economía madrileña no como la más dinámica de España o de Europa, sino entre las 10 más avanzadas del mundo para el año 2020.
Madrid Network cumple su primer aniversario y en su breve existencia ha comenzado a generar beneficios tangibles para las empresas madrileñas. Ha conseguido casi 150 millones de euros de financiación desde el Gobierno español para las inversiones en los parques tecnológicos. Igualmente ha captado 1,7 millones de subvenciones para el funcionamiento de los clusters, y 5 millones para el centro tecnológico de Getafe. Uno de sus objetivos fundamentales es también apoyar la inserción competitiva de las empresas en la economía global. Para ello ha establecido contactos con varias de las regiones más avanzadas del mundo como Helsinki o el Silicon Valley, y con otras que tienen una importancia estratégica para los diferentes sectores del tejido empresarial madrileño como América Latina y Oriente Medio.
Madrid posee en definitiva, todos los activos necesarios para atraer y crear talento; para estimular y generar conocimiento, y en definitiva, configurarse como una región amigable para los negocios, cuyo fin último es hoy una realidad: la Comunidad de Madrid está cada vez más cerca de convertirse en una de las regiones más atractivas del mundo.
En fin, parece que el mundo se aplana cada vez más, eliminando barreras para conseguir un mercado casi global, mientras que en España los límites que dividen las regiones se hacen cada vez más verticales, más pirenaicos. Por suerte, algunos sí han entendido el mensaje de los tiempos y han sabido derribar a tiempo sus fronteras con el mundo. Madrid cuenta con ello para atraer la inversión que otras comunidades repelen. Podría decirse que esta comunidad es la digna heredera de aquel navegante genovés que hace más de quinientos años se negó a aceptar que los límites de su mundo estaban más allá de donde los reyes de turno quisieran.
Aurelio García de Sola y Arriaga. Vicepresidente de Madrid Network