Cándido Méndez sugiere que las prejubilaciones se financien al margen de la Seguridad Social
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, señaló hoy que considera que los sistemas de jubilación anticipada no se deberían contemplar "estrictamente" desde la dimensión del impacto de ingresos y gastos de la Seguridad Social y se deberían indagar "nuevas formas de financiación" para unas herramientas "no traumáticas" que mejoran la capacidad de competir por parte de las grandes empresas.
Durante su segundo turno de intervención ante la Comisión del Pacto de Toledo en el Congreso, el dirigente sindical apuntó que el sistema de la Seguridad Social ha sido y "seguirá siendo" un instrumento para las reconversiones industriales y expresó su convencimiento de que cuando se supere la crisis, habrá una nueva oleada en las principales empresas españolas.
Méndez precisó que sus palabras responden a una "reflexión personal" que no ha sido debatida en el seno de la organización sindical que dirige, aunque apuntó que existe "sintonía" con esta idea.
"Prácticamente todas las economías han pasado por procesos de reconversión y en nuestro país se han reducido plantillas por medios no traumáticos", incidió Méndez, quien señaló que estos procesos han traído "mejora de la competitividad", si bien señaló que el enfoque sobre los mismos "debe ser más amplio" que el actual.
Avisa al Gobierno de que sea cuidadoso
Méndez advirtió al Gobierno de que sea "muy cuidadoso" con la reforma del sistema público de pensiones, porque en una situación como la actual hay que aplicarse la máxima de "en época de turbación no hacer mudanzas" para proyectar confianza en la sociedad.
Así lo aseguró Méndez en declaraciones a la prensa en el Congreso, tras comparecer durante dos horas ante la Comisión no permanente del Pacto de Toledo, que trabaja para acordar una reforma de las pensiones que garantice su futuro a largo plazo.
Según Méndez, "zarandear" el sistema público de pensiones es algo "negativo", ya que se trata de un pilar fundamental del estado del bienestar.
En su opinión, el Gobierno ha cometido un "error" al proponer "unilateralmente" dos medidas "injustas": elevar en dos años -de los 65 actuales a los 67- la edad legal de jubilación y el aumento de los años de cómputo para poder recibir una pensión.
Sin embargo, destacó que, al ser propuestas, se pueden rechazar, algo que, advirtió, no puede hacerse ahora mismo con la congelación de las pensiones -salvo las mínimas y no contributivas- para 2011, ya que ha sido aprobada por real decreto.
Para Méndez esa congelación en 2011 es una "vulneración" del Pacto de Toledo, por lo que demandó al Gobierno que renuncie a su aplicación y que, con "diligencia", lleve todas sus propuestas a la Comisión no permanente para que se pacten.
En su opinión, eso facilitará que el "timón del debate sobre el sistema público de pensiones lo recupere el Pacto de Toledo, que fue lo que se decidió soberanamente en 1995 y que ha venido funcionando razonablemente bien"
Durante su intervención en la Comisión, Méndez pidió hoy a los diputados que la forman y al Congreso en conjunto que no admita la elevación de la edad legal de jubilación, ni el incremento de los años para cobrar una prestación.
En su opinión, forman parte de los "ataques claros e indiscriminados" que está haciendo el Gobierno al modelo laboral y a la Seguridad Social.
Al respecto, también puso como ejemplo la reforma laboral aprobada ayer por real decreto, de la que dijo que "ataca y recorta derechos sociales fundamentales"; y la reducción este año en un 5% de media los salarios de los empleados públicos o la supresión del régimen transitorio para la jubilación parcial.
"No se pueden justificar apelando a la solidaridad", cuando se podía haber optado por subidas de impuestos a las rentas más altas, indicó.
Los portavoces de IU, Gaspar Llamazares; del PNV, Emilio Olabarría; de CiU, Carles Campuzano; y del PP, María Concepción Bravo; coincidieron con Méndez en el rechazo a la congelación de las pensiones por ser injusta.
La portavoz del PSOE, Isabel López i Chamosa, puso en duda que suponga una ruptura del Pacto de Toledo y resaltó que la propuesta de los 67 años no es "tan descabellada ni está tan fuera de lugar" como se dice.