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Foro Cinco Días

Navarra pide un reparto diferenciado del objetivo de déficit entre las comunidades

Miguel Sanz reclama un diferencial del 0,25% a favor de "las que han hecho los deberes"

Navarra pide un reparto diferenciado del objetivo de déficit entre las comunidades
Navarra pide un reparto diferenciado del objetivo de déficit entre las comunidades

Miguel Sanz ha respondido inmediatamente a la advertencia de la Unión Europea a España de que tiene que conseguir un ahorro extra de 7.900 millones en 2011, un recorte que algunos analistas sitúan en gran parte en los presupuestos de las 17 comunidades autónomas. El presidente del Gobierno Foral de Navarra, en la que es la primera reacción de un responsable autonómico en este sentido, puso en primera línea de su discurso la defensa colectiva de España para propiciar su salida de la crisis, pero para añadir que las comunidades "somos las que soportamos los servicios universales a los ciudadanos" y por tanto las que han permitido el actual estado de bienestar.

El líder navarro participó ayer en Pamplona en una nueva edición de Foro CincoDías, patrocinado por Banco Santander. A la cita acudieron más de 400 representantes del mundo social y económico de la comunidad foral. Ante ese auditorio, Sanz reclamó un reparto del objetivo de déficit fiscal que no sea uniforme entre las autonomías, y que resulte más favorable para "las que han hecho los deberes" en relación con la gestión del presupuesto. Fijó ese diferencial en la posibilidad de un endeudamiento adicional del 0,25% para las comunidades más aplicadas, "un trato muy poco preferencial".

Navarra, según los datos expuestos ayer por su presidente, tiene calculado un déficit de 500 millones para 2011, "y dejarlo en 220 millones supondría el recorte o la eliminación de las líneas presupuestarias menos prioritarias". También recordó que ha colocado recientemente una emisión de deuda a un tipo de interés del 1,2% 111 millones de euros cubiertos por el Banco Europeo de Inversiones y que la agencia de calificación Standard & Poor's ha valorado los bonos forales con la categoría AA, un nivel "por encima de España".

Para que Navarra mantenga su actual estado del bienestar, Miguel Sanz calcula que el desempleo no debe superar el 9% de la población activa actualmente llega al 12,2%, frente al 4,5% de 2008.

En paralelo, su volumen de recaudación ha caído en 500 millones con respecto a los niveles anteriores a la crisis económica. La subida de los impuestos a las rentas más altas no es, en su opinión, una de las vías para tapar ese agujero, porque pudiera generar una deslocalización de capitales. Antes que esto, Sanz prefiere "austeridad". Y puso el ejemplo de las televisiones autonómicas Navarra no cuenta con canales audiovisuales públicos, "que cuestan cientos de millones de euros". Citó el caso de Telemadrid, "con un presupuesto de 250 millones, 150 millones de los cuales" son aportados por el Ejecutivo de Esperanza Aguirre. Otro ámbito de ahorro, a su juicio, son "las embajadas" que han abierto diversas comunidades en el extranjero, y que también suponen el pago de facturas de "muchísimos millones". Y comentó la experiencia de Navarra en este ámbito, que tiene "una oficina en Bruselas con una delegada y dos becarios".

Reforma laboral, "suave"

Sobre la reforma laboral aprobada ayer por el Consejo de Ministros, el presidente de Navarra consideró que es un cambio "imprescindible", pero con un planteamiento "excesivamente suave". Hasta conocer el texto en profundidad, las recetas de Sanz para mejorar el proyecto de ley son las de garantizar las coberturas por desempleo, una mayor flexibilidad a la hora de los despidos e impulsar la negociación colectiva.

La vía del proyecto de ley le pareció "una buena idea" para que los partidos puedan hacer sus aportaciones en el Congreso. En este sentido, reclamó una concertación política por el bien de la economía nacional. "Si no ha sido posible el pacto con los agentes económicos y sociales, sí que tiene que ser posible con los grupos políticos".

Las huelgas generales convocadas por los sindicatos 29 de junio en Euskadi y Navarra por las centrales nacionalistas y 29 de septiembre en el resto del país "no son positivas. Los sindicatos no tienen clara su oportunidad, pero no se atreven a decirlo".

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