Interventores perezosos
Una multinacional de un país fuera de la UE y de capital público se interesó recientemente por una empresa tecnológica española de 140 empleados en concurso de acreedores. La extranjera tenía mucha prisa y estaba dispuesta a desembolsar los millones que hiciesen falta para hacerse con la tecnológica española. Puesto que había otras empresas interesadas se hizo un concurso que ganó esta multinacional. Sin embargo, los administradores concursales ni siquiera se pusieron al teléfono cuando llamaron los varios responsables de la multinacional que intervinieron en la operación.
El resultado fue que la extranjera se dio por vencida y decidió buscar una empresa en otro país. Su consejero delegado se fue diciendo que en España "las cosas siempre se dejan para mañana".