Toque de atención a los sindicatos
La huelga de empleados públicos convocada ayer estuvo muy lejos de paralizar la actividad, incluso la administrativa. Por eso la disparidad en los datos de seguimiento rozó el ridículo. Mientras los convocantes (CC OO, UGT y CSI-CSIF) hablaban del 75%, las Administraciones (Gobierno central, autonómicos y FEMP) lo reducían al 10%-15%. Eso sí, todos coincidieron en que los servicios se prestaron con normalidad. Conclusión: la convocatoria se saldó con un fracaso sindical. Puede ser que los funcionarios no hayan querido perder el salario de un día, convencidos de que la huelga no evitará el recorte salarial, o que hayan asumido su bajada por solidaridad como parte de las medidas de ajuste que encara todo el país. En cualquier caso, han certificado el hastío de los ciudadanos ante unos sindicatos incapaces de ir más allá de interminables e inoperantes negociaciones como única forma de afrontar las dificultades del mercado laboral ante la crisis.
La actual situación económica del país y del resto de la Unión Europea exige sacrificios y nadie puede quedar al margen de ellos. Millones de ciudadanos han perdido su empleo y otros millones han reducido sus salarios. Los sindicatos deben tomar nota del resultado de ayer y buscar mejores soluciones que asumir un posible descalabro en una disparatada, inútil y muy perjudicial huelga general.
