"El inversor necesita una regulación estable"
Banca March confía en seguir atrayendo clientes y comparte los riesgos de inversión para fidelizarlos
Llegan tiempos difíciles para la banca privada. La crisis ha mermado el patrimonio de los clientes potenciales y con subidas fiscales a la vista para las rentas más altas las perspectivas del negocio se resienten. Todo ello sin hablar de la enorme volatilidad actual de los mercados y la creciente desconfianza. Rafael Gascó, responsable de Banca patrimonial de Banca March, reconoce que afrontamos años de gran austeridad pero confía en seguir atrayendo clientes. La clave del éxito de su casa se basa en una política centrada en inversiones de calidad con visión de largo plazo en las que la firma comparte el riesgo con los clientes.
¿Les ha afectado la mala fama que rodea ahora a la banca privada?
"Si en un lugar hay inestabilidad el inversor venderá para comprar en otro sitio"
A nosotros lo que ha hecho es beneficiarnos. Somos una empresa familiar, un banco que no cotiza en Bolsa. Nuestros proyectos son siempre de medio y largo plazo. El riesgo reputacional lo llevamos en el nombre y eso nos ha obligado históricamente a considerar al cliente como el centro de nuestra actividad. En estos momentos en los que se ha producido cierta decepción o escepticismo sobre lo que puede ofrecer la banca privada hemos continuado creciendo en términos de volumen. Eso refleja una forma de hacer las cosas bien.
¿Cómo ha afectado la crisis al negocio? ¿Se ha transformado la demanda del cliente?
Sí, la demanda de producto se ha transformado radicalmente. Primero porque la situación patrimonial y económica de nuestros clientes ha cambiado. Por otro lado, nuestros inversores, después de enormes decepciones, ya no están dispuestos a invertir en productos que no entienden. Esto obliga a un esfuerzo de transparencia. Estamos viviendo una vuelta a lo esencial. El cliente quiere entender perfectamente cuánto riesgo asume. El negocio de la banca privada está en un profundo proceso de transformación. Durante el boom de los mercados hubo momentos en los que no se atendieron bien las necesidades del cliente. No se respetaron sus perfiles de riesgo ni sus necesidades. Eso provocó que el cliente se encontrara con productos que no entendía y que tampoco entendía el que se los había vendido.
¿Qué se demanda a día de hoy?
Esto va dependiendo de cómo se va moviendo el mercado. El cliente quiere productos con una política de inversión definida. Si es renta variable, pues renta variable, si hablamos de renta fija, pues renta fija pero van huyendo de una combinación mixta y de la utilización de derivados. Se buscan productos de fácil comprensión en los que se sepa cuál es el riesgo.
¿Qué han hecho para ganar la confianza de los clientes?
Lo que hemos hecho para ganar la confianza de los clientes es crear proyectos de inversión conjunta. Cuando detectamos una oportunidad invertimos como grupo y abrimos la puerta para que nuestros principales clientes puedan invertir con nosotros. En los últimos años hemos desarrollado varios proyectos de esta naturaleza. Por ejemplo, levantamos un fondo de capital desarrollo para tomar participaciones mayoritarias en empresas familiares que tenían recorrido en los momentos actuales. De los 400 millones del fondo 300 eran del grupo y 100 de nuestros inversores. Con el apoyo de Alba también vigilamos proyectos de inversión donde buscamos descorrelacionarnos de los mercados financieros. Tratamos de obtener retornos muy superiores a la media de cualquier otro tipo de activo y al mismo tiempo crear mecanismos de liquidez para nuestros inversores.
¿Y otro tipo de inversiones?
También tenemos por ejemplo tres sicav institucionales con muy buenos resultados donde parte del dinero es también del grupo. Somos un banco de arquitectura abierta con una gestora muy potente.
¿Las posibles subidas de impuestos a las clases altas y la crisis cambiarán su estrategia?
Es muy suculento hablar de los ricos y los impuestos. Al final estas cosas tienden a ser más racionales de lo que parece. Todo son vasos comunicantes y cualquier medida que se tome puede ser buena para una cosa pero mala para otra. Es un tema permanente en nuestra actividad. Parece lógico esperar un incremento de la presión fiscal pero cuanto mayor sea mayor será la presión de los actores sociales para buscar alternativas razonables. En momentos de enorme incertidumbre lo que el inversor necesita es estabilidad. Un marco regulatorio y fiscal estable. Ante la incertidumbre uno busca lugares donde invertir que sean estables. Si en un lugar hay inestabilidad se venderá allí para comprar en otro sitio.
¿Dónde ven oportunidades de inversión?
Como zona geográfica estamos enfocando las inversiones en Estados Unidos porque allí hay crecimiento económico y recuperación. También en Latinoamérica, en países como Brasil y dentro de Asia no sólo China, también en divisas como el dólar australiano.
"Oportunidades pero con paciencia"
Rafael Gascó reconoce que no se puede ser muy optimista respecto a la Bolsa española de cara a final de año. Oportunidades de inversión no faltan con unos precios históricamente "baratos" y unas rentabilidades por dividendo "muy atractivas" pero sólo para aquellos inversores con "paciencia" dada la inestabilidad actual y la desconfianza reinante. "Creemos que la volatilidad se tiene que estabilizar antes de que se produzca una recuperación. Hace falta cierta estabilidad y a partir de ahí comenzará a entrar dinero", asegura.Considera que las medidas adoptadas tanto en Europa como en España encaminadas a la disciplina fiscal van en la buena dirección aunque en su opinión las autoridades deben ser más "ágiles" y gestionar los retos de forma "permanente".En opinión de Gascó el mejor escenario que puede darse es que el Gobierno logre controlar el gasto sin afectar en exceso al crecimiento. "Entramos en una etapa económica distinta. La parte positiva es que esto va a ayudar a sanear pero nos toca apretarnos el cinturón. Los próximos años van a ser muy duros en términos de empleo y crecimiento económico".Advierte que el sentimiento tardará en mejorar pero recuerda que "Europa es tan importante en el mundo que se encontrarán los mecanismos adecuados para tranquilizar a los mercados financieros. A EE UU le interesa una Europa estable. Ese interés mutuo entre todos ayudará a encontrar el camino".