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Isak Andic Ermay

El emprendedor intuitivo

El presidente de Mango empezó haciendo negocios a los 14 años. En octubre asumirá la presidencia del Instituto de la Empresa Familiar

El emprendedor intuitivo
El emprendedor intuitivoCINCO DÍAS

Es un caso de estudio en las escuelas de negocio: Isak Andic, fundador y presidente de Mango, empezó vendiendo con 14 años sus primeras camisas hippies en una tienda de la Vía Augusta de Barcelona y hoy es dueño de un imperio que factura 1.440 millones de euros, tres de cada cuatro euros fuera de España, y da empleo a más de 8.200 personas. Una trayectoria de éxito que en una ocasión concentró así ante un auditorio de alumnos: "Todo es posible si uno lo cree".

Un poco de suerte, obsesión y sentido común han convertido a Isak Andic en un referente en el mundo de los negocios. Un trabajo realizado con enorme discreción. De hecho hasta 2006, cuando fue nombrado consejero del Banco Sabadell -es el principal accionista con el 5,7% del capital-, la fortuna número 167 del Planeta de la actual lista de Forbes (la publicación atribuye a la familia Andic un patrimonio de 4.800 millones de dólares) era uno de los rostros desconocidos del empresariado español. Leopoldo Rodés, presidente de Media Planning y gran amigo de Andic, solía decirle "eres casi clandestino".

Esta semana, la Asamblea de socios del Instituto de la Empresa Familiar ha acordado su nombramiento como presidente a partir de octubre, en sustitución de Simón Pedro Barceló. Su papel será el de interlocutor de referencia del centenar de empresas que integran la organización ante las Administraciones y la sociedad. Inevitablemente, mayor dimensión pública. "Nos costó convencerle para que aceptara la presidencia", comenta Rodés, presidente de honor del Instituto de la Empresa Familiar. Andic ocupa ahora la vicepresidencia del instituto. Nunca ha concedido una entrevista y, fiel a su carácter, es probable que siga sin concederla.

En 1984 abrió con su hermano Nahman su primera tienda Mango en el Paseo de Gracia. Hoy son más de 1.300

Tiene claro que el protagonista es Mango, no Isak Andic. Un ejemplo, los desfiles de presentación de las colecciones de la firma, el último el pasado 26 de mayo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El presidente de la firma textil siempre recibe en la puerta a sus invitados, como amigos que llegan a casa. En estos acontecimientos, le gusta estar arropado por la familia. En el anterior desfile, en la Caja Mágica, acudió su madre. Pero Andic se suele ir pronto. "Es una fiesta para Mango, no es momento para él", señala un directivo de la empresa.

Isak Andic nació en Estambul en 1953 y a los catorce años se mudó con su familia -de origen judío sefardí- a Barcelona. Nunca le ha fallado la intuición. Invirtió su primer millón de pesetas en importar abrigos afganos bordados a mano. Se los quitaron de las manos en una semana. Cuando cumplió 18 años se compró un coche, lo llenó de género y se fue a venderlo por toda España. Su primera tienda fue un puesto de 16 metros cuadrados en un mercadillo de la calle de Balmes. Allí vendía zuecos de madera. El éxito fue tal que tuvo que alquilar un almacén. Hasta que en 1984, junto con su hermano Nahman, abre su primera tienda Mango en el Paseo de Gracia. Hoy, son más de 1.300 (1.100 en el extranjero) y el objetivo es llegar a 3.000 en los próximos 8 años, a un ritmo de 200 tiendas por año.

Marcel Planellas, secretario general de Esade, valora su intuición. "Muchas personas tienen una visión, pero él supo construir la empresa, no tuvo miedo de internacionalizarse".

Conoce pocos casos como el suyo, salvo de Amancio Ortega, presidente de Inditex, curiosamente del mismo sector, con trayectorias parecidas, discretos los dos. Las comparaciones, en este caso, no son odiosas. Covadonga O'Shea, fundadora y presidenta de ISEM-Instituto Superior de Empresa y Moda de Madrid, ha escuchado más de una vez a Isak Andic hablar con admiración del dueño de Zara. "Me dice que es como en las carreras de caballos, cuando dos van muy igualados y uno gana por media cabeza. Mango es el que se queda atrás", señala O'Shea. Y añade, "también Amancio siente admiración por él".

Leopoldo Rodés admite, de entrada, que encuentra difícil decir nada malo de Andic. "Partió de cero en un sector que en España lleva años en franca decadencia. Ha llevado a cabo una idea genial con rigor, esfuerzo y valentía", añade.

En la entrevista que Marcial Planellas mantuvo con Isak Andic pudo comprobar que los recursos humanos son clave para Mango. "Es de los que más marcha da a la organización". Un líder, a la vez que cercano y accesible para las 1.800 personas que trabajan en la sede de Palau-solità i Plegamans (Barcelona). "Cuando va por las mesas, va saludando a cada empleado por su nombre", revela un directivo. Para ellos es Isak. La imagen de hombre de despacho se la deja a su director general Enric Casi, hombre clave con el que lleva colaborando casi treinta años. Allí trabajan rodeados de arte, una de sus pasiones -es miembro del Patronato de la Fundación Macba y del Comité Organizador de Arco, además de coleccionista-, porque como le escuchan sus empleados "el arte inspira y si trabajas en una empresa de moda tienes que estar inspirado".

Se siente a gusto en el papel de filántropo. Leopoldo Rodés colabora con él en muchos temas culturales - en el Macba, en la Fundación Príncipe Asturias, en la Fundación Príncipe Girona, entre otras instituciones- y siempre cuenta con él, con su opinión y su apoyo.

Mango es su gran proyecto, lo que no le impide disfrutar de los placeres de la vida. Trabaja y navega. Lleva dos años dando la vuelta al mundo. Mientras está fuera es el consejo de administración el que lleva las riendas de la compañía. Lo montó justo antes de embarcarse. El año pasado, creó un comité ejecutivo y este año, un consejo de directivos.

Ahora llega el turno a la segunda generación. Isak Andic tiene tres hijos, los dos mayores trabajan con él, Jonathan se encarga del diseño, la colección de hombre, más las colecciones especiales; Judith es responsable de los accesorios y los zapatos. Con ellos trabaja también una hija de Nahman. A los futuros empresarios les da el mismo consejo que a sus hijos: "Hagáis lo que hagáis, hacedlo bien".

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