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Condiciones macroeconómicas

El G-20 retrasa la reforma financiera y prima el saneamiento de las cuentas públicas

La posibilidad de que la crisis fiscal de la eurozona acabe lastrando la incipiente recuperación de la economía internacional y cause una nueva recesión volvió a pesar más en la reunión que iniciaron el viernes los ministros de Economía y gobernadores de bancos centrales del G-20 (el grupo de los países más ricos y las economías emergentes) en la localidad surcoreana de Busan. Al término de su primer encuentro, reconocieron haber decidido retrasar el diseño de la reforma financiera hasta que las condiciones macroeconómicas sean más favorables. Pese a que el objetivo y los plazos prefijados para reforzar la supervisión del sistema financiero es compartido por todos, la divergencia que existe entre los países sobre las formas de llevarlo a cabo y la eventual imposición de una tasa a la banca motivó que la atención se desvíe al riesgo de caer en una crisis en forma de uve doble.

La ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, aseguró al término de la primera jornada que la mayoría de asistentes está de acuerdo en que recortar los déficit presupuestarios "es ahora la prioridad número uno, mientras que apuntalar el crecimiento económico es secundario". "Hay algunas voces, que son una minoría, que insisten en incentivar el crecimiento", añadió Lagarde, informa Bloomberg.

En lo que también parece que hubo consenso es en admitir que para consolidar el crecimiento ya no sirven las mismas recetas que el G-20 fijó en sus anteriores citas de Londres o Pittsburgh, que pasaban por mantener los planes de estímulo. Ahora se trata de todo lo contrario: potenciar los planes de ajuste del déficit, sobre todo en Europa, para disipar las dudas y evitar el riesgo de contagio a otras economías. Al menos en este punto, no hubo división entre los países miembros.

Sí hubo discrepancias, en cambio, sobre la posibilidad de establecer un impuesto a la banca. El secretario de Estado de EE UU, Timothy Geithner, advirtió que el acuerdo en esta materia es aún una quimera: "No hay apoyo universal a esa medida, por lo menos ahora".

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