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La apuesta por el crecimiento

Telefónica ve claros signos de mejora en la economía global y en la española

Telefónica no tiene el servicio de estudios de un banco. Tampoco mide las variables económicas y financieras que tanto pesan en las agencias de rating. Pero dispone de un termómetro inigualable: los patrones de consumo de 270 millones de clientes en el mundo. Y la temperatura que muestran es buena. La operadora ve una clara mejoría en la economía mundial y también en la española.

César Alierta pintó ayer un escenario muy alejado del pesimismo económico de los últimos tiempos. Fuera de las rebajas de rating nacionales, de primas de riesgo de la deuda en máximos o de temores de recaída en la recesión, el presidente de Telefónica habló de mejoría, de clara mejoría.

Tiene argumentos en los que fundamentar su percepción. Telefónica dispone de una plataforma de 270 millones de clientes propios y otros tantos millones de sus aliadas internacionales que le permiten conocer las decisiones de consumo en varios campos de usuarios en tres continentes. Y la conclusión es positiva. "En Telefónica se ve que el mundo va a mejor, claramente a mejor, en Latinoamérica, Europa y en España, donde lo peor fue en el segundo y tercer trimestre de 2009, y también en China", aseguró el ejecutivo, durante su contestación a las preguntas de los accionistas en la junta celebrada ayer. "Tenemos un optimismo fundado", añadió.

Alierta afirmó que Telefónica está más que preparada para este futuro más positivo. Y que lo ha hecho aprovechando la crisis para sentar las bases. Las claves para ello son dos: la capacidad de anticipación y de ejecución.

Durante los problemas del año 2009, Telefónica se ha centrado en sus fortalezas para acrecentar su escala, su diversidad, su eficiencia y su solidez financiera para ser capaz de aprovechar mejor y ejecutarlo cuando llegue la recuperación, explicó.

Durante su intervención, el presidente de la operadora española destacó las diferencias de Telefónica con sus rivales, tanto en materia de crecimiento orgánico, como de expectativas de futuro, de transparencia con las previsiones y de cumplimiento de los objetivos financieros.

Las mismas palabras dedicó para la remuneración al accionista. "Los inversores de Telefónica han disfrutado de una rentabilidad total en 2009 del 29,5%, la mayor tasa entre sus iguales de Europa y Estados Unidos", señaló. Esto ha sido posible gracias a la revalorización en Bolsa y a que Telefónica ha dedicado el 61% del flujo de caja libre a la remuneración al accionista, mediante la combinación de pago de dividendos y recompra de acciones propias, con un desembolso total de 5.516 millones de euros.

Para el futuro, su intención es que siga siendo así. Alierta reiteró todos los objetivos financieros para el corto y el medio plazo, incluido el dividendo mínimo de 1,75 euros por acción en 2012.

Los analistas y las agencias de rating dan el visto bueno a la nueva oferta por Vivo

En la junta de Telefónica se respiraba ayer satisfacción entre los directivos. La lucha por Vivo ha sido dura y la sensación de victoria era palpable. Y más cuando se fue conociendo la bendición que dieron ayer la mayoría de los analistas y dos agencias de rating a la subida de la oferta por la operadora brasileña a 6.500 millones.Fitch y Moody's han despejado todos los temores sobre el nuevo precio ofrecido, al que hay que sumar otros 700 millones para comprar la parte de las acciones con derecho a voto de Vivo. "La nueva propuesta no tendrá impacto en el rating de Telefónica", aseguró Fitch. La operadora "tiene capacidad suficiente para este acuerdo", señaló Moody's.La mayoría de los analistas piensa lo mismo. Explican que la oferta mejorada es suficiente para convencer a los accionistas de Portugal Telecom sin destruir el potencial de lograr mejoras de Telefónica. Algunos aventuran que incluso podría subirla un poco más sin demasiado problema.Así opina ING, que piensa que la española puede llegar hasta 7.500 millones. Ese precio "sería una buena noticia para PT, pero incluso también para Telefónica", explica en una nota.Cheuvreux, en cambio, cree que "ésta es la última oferta y que triunfará".

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