iPad: una solución en busca de necesidades
Estos días se ha lanzado en España el iPad de Apple, la más reciente novedad en el mundo de los gadgets tecnológicos. A diferencia del iPhone, con el que Apple lanzaba un móvil con un diseño y una usabilidad distintas en un mundo lleno de móviles, el iPad inaugura una nueva categoría. Esto significa que Apple juega decididamente a la creación de un nuevo concepto de ordenador móvil, situado entre el netbook, o portátil para navegar en la red, y el teléfono móvil.
En los últimos años, la necesidad de dispositivos intermedios entre el teléfono y el netbook era cada vez más clara. En este espacio incidía el libro electrónico (e-book), un dispositivo para un solo fin. Pero la decisión de Apple marca un hito, porque va a condicionar lo que a partir de ahora entenderemos por un dispositivo de este tipo.
Primero, lanza un ordenador universal que, en función de la aplicación que carguemos, puede ser un e-book, un teléfono móvil, un reproductor de vídeo o una libreta de notas. Por tanto, los e-books que sólo sirven para leer libros electrónicos van a terminar desapareciendo después de bajar espectacularmente de precio.
Segundo, se trata de un dispositivo basado en una pantalla táctil, es decir, un dispositivo básicamente visual, como el iPhone. Y, naturalmente, interconectado con wifi y telefonía móvil. Tiene la lógica de los tablets de PC, pero puestos en otra categoría: los actuales tablets son notebooks con pantallas táctiles y a precios muy superiores de los que se plantean.
Tercero, su utilidad dependerá de las aplicaciones que se puedan instalar, como ocurre en el caso del iPhone, lo cual origina todo un mundo de nuevos creadores de software para este dispositivo, que son los que van a hacer que el iPad sirva para muchas cosas. El iPad, desde esta perspectiva, es una plataforma para que desarrolladores y usuarios hagan negocios. En el iPad confluirán los jugadores y los desarrolladores de videojuegos, y se convertirá una miniconsola; será el punto de encuentro de empresarios y desarrolladores de formularios, y tendremos una herramienta de venta, y ello en innumerables nichos de mercado. La condición obligatoria de este dispositivo es que tenga un peso muy ligero, aunque no sea para ponerlo en el bolsillo. ¡Hasta que tengamos pantallas plegables!
Esta vez, Steve Jobs nuevamente se ha anticipado, como con el Lisa -¿alguien se acuerda?- y con el Mac. Y, ya saben, quien da primero da dos veces. Pero los amantes de la libre competencia no nos tenemos que preocupar, porque Microsoft, Google y todos los gigantes de las tecnologías no tendrán más remedio que actuar. En dos o tres años, tendremos tablets como el iPad a 200 euros, aunque no sean de Apple. El iPad será más caro porque el diseño, la usabilidad y el glamour siempre se pagan más.
Por cierto, si le gusta la novedad compre un iPad; si quiere un iPad bueno, espere a la versión del próximo año, porque la actual tiene muchas limitaciones. Y si no quiere -o no puede- pagar tanto, espere a los competidores de Apple.
Enric Colet. Profesor de Sistemas de Información de Esade (URL)