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La fachada del euro sobrevivirá... por desgracia

Las resignadas palabras sobre la inevitable supervivencia del euro proceden de Václav Klaus, ese presidente checo siempre dispuesto a recibir instrucciones de Washington o Moscú, pero rebelde ante cualquier consenso pactado en Bruselas.

Klaus llega a tan terrible conclusión en un artículo inocentemente titulado "¿Cuándo colapsará la zona euro?", publicado en checo en el semanario Ekonom, pero que Cato, el instituto de estudios de Washington que se define como liberal, ha tenido la gentileza de reproducir en inglés.

"El precio de mantener el euro será menos crecimiento en la zona euro", advierte Klaus tras señalar que "la creación de la zona euro se presentó como un indudable beneficio económico para todos los países dispuestos a renunciar a su propia divisa (...) pero ha quedado absolutamente claro que no es así". Tampoco se ha producido, recuerda Klaus, la convergencia prevista entre los socios, "y en ese sentido, me atrevo a decir que la zona euro ha fracasado".

A pesar de tantos errores, Klaus responde a su pregunta inicial que "no, la zona euro no colapsará". Pero, según él, sólo se mantendrá en pie gracias "a su función de cemento para mantener unida a la UE en su camino hacia la supranacionalidad".

Klaus concluye que la República checa, como otros países, "no ha cometido ningún error al evitar hasta ahora la pertenencia a la zona euro". Aunque aclara que "no me alegro de los problemas actuales que amenazan la propia supervivencia del euro".

Quizá porque sabe que su país, cuyo 75% del PIB procede de las exportaciones, no saldrá muy bien parado si a los vecinos les va mal. El año pasado, el PIB checo registró una caída del 4,2%, una décima más que la media de la zona euro. El paro, según las previsiones de la CE, puede doblarse desde el 4,4% en 2008 al 8,3% previsto para este año. Y Praga ha tenido que subir el IVA y otros impuestos (especiales, sobre el sector inmobiliario etc.) para reducir un déficit de casi el 6%.

Foto: Fachada en el barrio de Ixelles de Bruselas (B. dM., marzo 2009).

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