Telefónica, PT y los traumas de la custodia compartida
Las socias analizan todas las opciones para consumar el divorcio.
Hasta el rey Salomón lo hubiera tenido difícil para resolver la guerra abierta entre Telefónica y Portugal Telecom. Esta vez, no está en juego la custodia de un bebé, sino la propiedad de una operadora de móvil en Brasil, Vivo. Además, el reparto viene de fábrica. Hace nueve años nació la criatura y fue entonces cuando se pactó la custodia compartida. Telefónica y PT fusionaron sus propiedades en Brasil y se las repartieron al 50%. El 30% que cada una tiene en Vivo es el resultado.
Pero el modelo de tutela mancomunada no ha funcionado y ha dado paso al divorcio. Eso sí, por ahora la pareja sigue unida indisolublemente y así se mantendrá hasta que no se encuentre una solución, amigable u hostil, que ponga fin a una larga sociedad plagada de problemas desde el principio. Pero, ¿cuáles son las opciones?
Dos operadoras en Brasil. En teoría, sería la solución más fácil y menos sangrienta. Y lo ven hasta los miembros del núcleo duro nacional de PT. "La única solución que veo es encontrar la manera de que Telefónica y PT tengan importantes inversiones en Brasil, pero no en la misma compañía", aseguró el jueves un alto cargo del banco Espírito Santo.
Oi y TIM. El problema es que no hay tantas opciones de participar en operadoras en Brasil y ninguna tendrá la calidad de Vivo, líder del mercado, con el 30% de cuota y 54,5 millones de clientes. En principio, las posibilidades son dos: Oi y TIM, la filial de Telecom Italia en el país. La primera compañía sólo es una respuesta para Portugal Telecom. Es la operadora global, más fuerte en fijo que en móvil, alentada por el Gobierno brasileño para tener una compañía de capital patrio y donde podría tener cabida también el portugués. Hubo contactos en el pasado y no fructificaron. Permitiría a PT participar en una compañía que tiene todos los negocios, no sólo móvil.
TIM serviría tanto para una como para otra. æpermil;sa es la parte positiva..., y poco más. No está claro que Telecom Italia quiera vender, porque esta filial es la única que aporta crecimiento al grupo, con muchos problemas en Italia. Y nadie sabe lo que hay dentro de sus cuentas. Necesitaría un proceso intenso de auditoría.
Aceptación/subida de la oferta. Para que cualquiera de las opciones anteriores pueda darse, lo primero es que Telefónica o PT accedan a salir de Vivo. Lo primero es improbable. La lusa está intentando convencer a fondos soberanos de países asiáticos para que financien una oferta por la parte de Vivo de Telefónica, pero un vistazo a la deuda y a la salud financiera de PT lo antojan complicado.
Lo que queda es que la portuguesa venda su parte de Vivo, ya sea porque se rinde o porque los accionistas extranjeros se unen para forzar al consejo a aceptar la propuesta. Para ello, la mayoría de los analistas piensa que Telefónica debería subir algo la oferta para derribar definitivamente la oposición.
Fusión Vivo/Telesp. Significaría que Telefónica y PT mantienen su matrimonio de conveniencia, pero la lusa podría proponerlo como mal menor antes de perderlo todo. La española lo ha intentado en el pasado y, de hecho, dice que ha llegado a esta situación porque PT le dio un no por respuesta. Quizá la situación actual le lleve a replanteárselo.
Fusión amigable. Si PT cree tenerlo todo perdido, una forma de mantener Brasil, no ser vista como la perdedora absoluta y mantener algo de poder de negociación es plantear una fusión amistosa con Telefónica. Las posibilidades reales de esta opción son escasas. Todo depende del apoyo que encuentre Telefónica entre los accionistas de PT.
Opa hostil. Es el escenario que nadie quiere. Telefónica ha amenazado dos veces con ello, pero sería feliz si pudiera ahorrárselo y no está claro que lo ponga en marcha aunque PT rechace su oferta por Vivo. Desde el punto de vista financiero, la operación tiene todo el sentido, incluso más que comprar sólo Vivo, pero las trabas políticas y nacionales lo hacen muy complicado.