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Sindicatos y patronal intercambian insultos

El Gobierno amplía una semana el plazo para alcanzar un acuerdo laboral

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, amplió el viernes el plazo para acordar la reforma del mercado laboral, cuyo límite se había fijado para el próximo lunes. Si bien no marcó una nueva fecha concreta, aseguró que el pacto debería llegar a "lo largo de la próxima semana".

Como en el cuadro de Dalí, los relojes que marcan la cuenta atrás para alcanzar el pacto salarial son deformables y nada rígidos. Corbacho, que el viernes participó en las jornadas económicas que organiza el Círculo de Economía en Sitges, está dispuesto a apurar toda la próxima semana para sellar una reforma laboral ente sindicatos y patronal. Así, probablemente se rebasará el límite del próximo lunes que el Ministerio de Trabajo fijó como fecha límite. Aun así, Corbacho advirtió: "No podemos esperar muchos días más".

En el mismo sentido habló la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. "Nos damos unos días, pocos días más, como han señalado los sindicatos, para explorar todas las posibilidades porque el Gobierno busca, quiere y se va a esforzar hasta el último instante para alcanzar un pacto", señaló. El Gobierno baraja llevar al Consejo de Ministros del próximo 11 de junio el posible acuerdo laboral. Si finalmente no se alcanza un pacto, el ministro de Trabajo recordó que el Gobierno tomaría sus decisiones unilateralmente. En cualquier caso, aclaró que éstas "siempre pasarían por el Congreso de los Diputados. Si se toman como referencia las últimas declaraciones de patronal y sindicatos, todo indica que el acuerdo se encuentra muy lejos.

El presidente de la Comisión de Economía de la CEOE, José Luis Feito, tildó de "infantil, inmadura y absurda" la actitud de CC OO y UGT por amenazar con convocar una huelga general. "Es absurdo. Eso es como el niño que le dice a su madre que para hacerle daño, no come. Los sindicatos no están a la altura de los tiempos y de las circunstancias y no son conscientes de la responsabilidad que desempeñan ni de la situación económica en la que viven", declaró.

Desde UGT, su secretario general no tardó en contestar, incluso con mayor fiereza: "Este sicario en referencia a Feito no va a conseguir más dificultades en la negociación", dijo. Y, por si alguien no le había entendido remarcó que sicario significa "asesino a sueldo".

Más allá de declaraciones extemporáneas, Corbacho señaló que el principal obstáculo para alcanzar el pacto se encuentra en el modelo de contratación. El Gobierno defiende acabar con la actual dualidad entre fijos y temporales del mercado laboral.

Los sindicatos temen que la reforma laboral derive en un abaratamiento del despido. De producirse, CC OO y UGT ya han advertido que irán a una huelga general. CEOE, por su parte, reclama mayor flexibilidad en la contratación. Además de una rebaja de las cotizaciones sociales.

El presidente de Cepyme, Jesús Bárcenas, se mostró pesimista acerca de la posibilidad de alcanzar un acuerdo con los sindicatos. El dirigente patronal, en una entrevista a Efe, señaló que el pacto hubiera sido más fácil sellarlo quince días atrás, antes de que el Gobierno aprobara el ajuste del gasto. En cualquier caso, el presidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, no comparte el estado de ánimo de su colega y el viernes aseguró que él es "optimista".

Pensión alta y salario bajo

Corbacho, que intervino en un debate sobre el futuro de las pensiones, defendió eliminar la jubilación anticipada, mientras que el presidente del Círculo de Empresarios, Claudio Boada, abogó por mejorar la fiscalidad de las pensiones privadas para incentivar un sistema mixto. Por su parte, el ex secretario general de CC OO, José María Fidalgo, alertó del riesgo de que se desate una "guerra entre dos generaciones" y destacó la necesidad de reformar el sistema de pensiones. "¿Cómo los jóvenes nos van a querer pagar una pensión que es más alta que su salario", se preguntó.

"Ustedes pagarán más impuestos"

"Algunos de ustedes pagarán el próximo año más impuestos". Con estas palabras se dirigió el presidente de la Generalitat, José Montilla, a una sala llena de altos directivos en Sitges. El Gobierno catalán planea establecer un nuevo tramo en el IRPF para los contribuyentes que cobren más de 100.000 euros, que aplicarían un tipo cercano al 50%, en lugar del 43% actual. La medida afectará a unos 36.000 catalanes, según los cálculos elaborados por este periódico a partir de la estadística de Hacienda. Cataluña se convertirá, así, en la primera comunidad que sube la parte autonómica del IRPF.Está previsto que la Generalitat apruebe este fin de semana la subida de impuestos y a otras medidas que permitirán reducir en 1.500 millones el déficit previsto. Hasta 2013, Montilla prevé ahorrar 3.000 millones. El recorte incluye una reducción del 5% del sueldo de los funcionarios y de hasta un 15% para los altos cargos. Además, los conciertos a entidades privadas del sector educativo, sanitario y servicios sociales se reducirán entre un 3% y un 5%.

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