Segura rechaza prohibir las ventas cortas y califica la medida de poco útil
El presidente de la CNMV, Julio Segura, pidió ayer más coordinación en la supervisión europea y criticó la prohibición de ventas cortas al descubierto en Alemania, que calificó de "equivocada".
De nuevo, agitación en los mercados financieros europeos y, otra vez, nervios en Berlín. El ministerio alemán de Finanzas hizo público ayer un borrador legislativo en el que propone extender la prohibición de las ventas cortas (apuestas bajistas) al descubierto (sin tener el activo concreto) a todos los valores listados en la Bolsa alemana y también a derivados sobre activos en euros, en lugar de limitarse a una lista de entidades financieras, bonos públicos y CDS (credit default swap). El documento está ahora sometido a consulta en la industria.
La actuación de las autoridades alemanas ya había sido criticada en Bruselas, sobre todo por hacerse de forma unilateral. El presidente de la CNMV, que acudió ayer al Congreso de los Diputados, para presentar la memoria anual de la entidad, explicó porqué no le gusta la medida: "Es obvio que es mejor que las medidas sean coordinadas; el ámbito de aplicación de la medida es extremadamente limitado, es muy difícil vigilar el cumplimiento de la restricción porque el Bafin el supervisor alemán no tiene acceso a toda la información sobre las operaciones y su utilidad práctica es escasa (...) No hay ninguna evidencia de que las restricciones de las ventas a corto hayan reducido la volatilidad".
Segura también se refirió con ironía a que la prohibición se haga sobre apuestas a la baja de las cotizaciones y no sobre apuestas al alza. El supervisor de los mercados españoles advirtió que acciones de este tipo pueden restar liquidez a los mercados y pueden impedir a los inversores cubrirse frente a riesgos de empresas que están domiciliadas en países con problemas.
El presidente de la CNMV insistió en que lo que debe hacer un supervisor cuando detecta problemas es una operativa concreta no es prohibirla, sino sancionar a los infractores. Por eso Segura considera que la filosofía de la última acción del Bafin es "equivocada".
Las ventas cortas o short selling consisten en lo siguiente: un inversor tiene la convicción de un valor va a bajar de precio en el mercado. Para beneficiarse de esto, pide acciones prestadas, las vende y, cuando el precio ha caído, las recompra para devolverlas y embolsarse la diferencia. Su versión más agresiva es cuando, aprovechando los plazos temporales que existen para liquidar las operaciones, se lleva a cabo la operativa sin tener las acciones; eso se llama ventas al descubierto (naked short selling).
El riesgo de tocar las Sicav
En la comparecencia ante los diputados, Segura fue interrogado por el potencial impacto de un endurecimiento fiscal sobre las Sicav (sociedades de inversión de capital variable), un vehículo de inversión habitual en los altos patrimonios y que tributa al 1%. Segura puso como ejemplo lo que ha sucedido en el País Vasco, donde un acuerdo político ha hecho que desde enero las Sicav pasen a tributar al 28%: dos tercios de las sociedades registradas en Euskadi han cambiado su domiciliación y se han ido fuera de la comunidad autónoma.
Nueva Rumasa planea otra emisión
Confusión de confusiones. El presidente de la CNMV afirmó ayer por la mañana en el Congreso que Nueva Rumasa había "desistido" de hacer nuevas emisiones de pagarés, tras las cuatro efectuadas entre el 22 de mayo y el 23 de diciembre de 2009. Por la tarde, el consejero delegado de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos Rivero, corrigió a Segura. En declaraciones a CincoDías, Ruiz-Mateos explicó que la empresa no ha renunciado, sino que quiere hacer más emisiones y para ello se ha adaptado a la nueva legislación -el Real Decreto del 14 de abril-, que exige que la comercialización de productos de inversión con publicidad masiva se haga a través de un intermediario financiero. En este caso, será la agencia de valores Gestión de Patrimonios Mobiliarios.Ruiz-Mateos explicó que la empresa quiere hacer una nueva emisión de entre 85 y 100 millones de euros antes del verano. La compañía estudia tres opciones: emitir bonos, pagarés o sacar a Bolsa una de sus empresas, preferentemente Cacaolat. Esta última opción es la que menos gusta al directivo, por la actual incertidumbre bursátil. En cualquier caso, cualquiera de las tres opciones pasaría a ejecutarse bajo la supervisión de la CNMV.