La cúpula de CEOE retira a Díaz Ferrán la potestad de sellar la reforma laboral
En la recta final de la negociación de la reforma laboral, la cúpula patronal desconfía de la situación de debilidad de su presidente y exige supervisar el eventual pacto al que éste llegue con los sindicatos antes de respaldarlo. El líder de la CEOE quedó más debilitado ayer cuando Confemetal pidió abiertamente que dimita por sus problemas empresariales.
Pidió carta blanca y se la negaron. Los vicepresidentes de la CEOE arrebataron ayer a su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, la potestad de decir la última palabra en la negociación de la reforma laboral. La grave crisis empresarial por la que atraviesa hace temer a la cúpula patronal, según fuentes internas, que su líder pueda ceder a la presión del Gobierno firmando un pacto que no esté a la altura de las exigencias de la Confederación. Aunque llegara a un preacuerdo con el Ejecutivo y los líderes de CC OO y UGT, será la junta directiva patronal quien supervise su validez.
La cita, que reunió a mediodía de ayer a los máximos líderes de la CEOE, tenía por objeto analizar la situación en la que está la negociación de la reforma del mercado de trabajo. æpermil;sta se encuentra en su recta final tras los intensos encuentros bilaterales que patronal y sindicatos han mantenido en los últimos días. El preámbulo de la reunión resultó, no obstante, muy significativo del ambiente interno con el que los empresarios encaran el proceso. El presidente de Confemetal (una de las mayores organizaciones de la CEOE), Carlos Pérez Bricio, se dirigió aDíaz Ferrán para requerir su dimisión en nombre de su organización. Invitación que volvió a rechazar.
"La patronal ha tenido mucha paciencia con Gerardo, pero todo tiene un límite", explican desde la CEOE. La quiebra de Aircomet, la intervención sobre Seguros Mercurio y las deudas del patrón de patronos han protagonizado durante los últimos meses la agenda de la Confederación. Sin embargo, la posible caída de Marsans, el emporio turístico que Díaz Ferrán posee junto a Gonzalo Pascual, es más de lo que están dispuestos a digerir en la CEOE.
El presidente, que ya soportó duras críticas en la última junta directiva, teme que sus compañeros fuercen su salida en el próximo encuentro, previsto para el 16 de junio. Por eso, opinan algunos, ayer descartó tajantemente convocar una junta extraordinaria para el próximo lunes.
Díaz Ferrán solicitó el permiso de la patronal para dar luz verde al acuerdo en el caso de que considere adecuada la oferta de sindicatos y Gobierno. Sin embargo, los vicepresidentes le advirtieron que deberá convocarles en el caso de que alcance un consenso sobre la reforma del mercado de trabajo, para que sean ellos quienes decidan si hay margen para el pacto. Resulta usual que el equipo negociador y el presidente presenten a la CEOE cualquier acuerdo social antes de su firma oficial. Sin embargo, la negativa de ayer supone una desautorización sin precedentes al líder patronal, al que se le resta poder efectivo.
Fuerza negociadora
El descontento del ala dura de la Confederación con el pacto salarial firmado con los sindicatos, que marca un incremento de "hasta el 1%" en 2010, se une a la concepción de muchos de que Díaz Ferrán está manchando el nombre de la CEOE. La idea, sostienen fuentes internas, es mantener al presidente mientras se debate la reforma laboral -aunque se supervisen sus decisiones- para no minar la fuerza negociadora de la patronal. Sin embargo, este proceso debe concluir, con acuerdo o sin él, antes de que finalice mayo.
Un acuerdo bloqueado por el coste del despido
Meses después de que se iniciara la negociación a tres bandas para reformar el mercado de trabajo, la discusión sigue encallada en el mismo punto: el coste del despido. La decisión del Gobierno de congelar las pensiones para el próximo año ha zanjado el debate sobre la rebaja de las cotizaciones por contingencias comunes que reclama la patronal y niegan los sindicatos. Sigue abierta, eso sí, la posibilidad de recortar cuotas por enfermedad profesional y de ahorrar a los empresarios parte del coste de las bajas. El consenso es firme en torno a la necesidad de bonificar la contratación de jóvenes y de facilitar las reducciones de jornada. Sin embargo, para llegar a un pacto, patronal y sindicatos deberán ponerse de acuerdo sobre si se rebajan a 33 días todas las indemnizaciones por despido del contrato de fomento y sobre si se facilita la aplicación del despido justificado, pagado con 20 días.El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, declaró ayer que espera que haya "aproximaciones" durante esta semana. El acuerdo debe alcanzarse antes del martes 1 de junio, o el Gobierno legislará unilateralmente. Pese al escaso margen, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, declaró ayer que "hay días suficientes" para lograrlo, informa Europa Press.