La tormenta financiera seca las emisiones de bonos en Europa
El mercado de capitales se cierra por segunda vez desde el inicio de la crisis. En septiembre de 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers, las empresas no pudieron emitir deuda durante cinco semanas. En esta ocasión ya han pasado tres sin que se produzcan operaciones de relevancia. La volatilidad y los precios que se exigen frenan a los emisores.

La enorme volatilidad reciente se ha convertido en un obstáculo para los planes de financiación de las empresas europeas. La situación es algo distinta a la desatada en septiembre de 2008 cuando el mercado se cerró a cal y canto por el nerviosismo que generó la quiebra de Lehman. El parón no ha sido total pero desde el 6 de mayo sólo ha habido un par de operaciones de pequeño tamaño, un claro síntoma de la falta de confianza actual.
El incremento de los costes de emisión y las dudas sobre la demanda mantienen a las empresas alejadas del mercado. "En estas semanas se pide una prima que muchos emisores no quieren pagar y por eso se ha ralentizado la actividad", explica Alberto Viarengo, responsable de mercado de capitales de Royal Bank of Scotland. "Los inversores no quieren entrar por la volatilidad. Los precios cambian mucho en un día. Hasta que no veamos unos días de estabilidad pocas empresas se van a arriesgar", explica Francisco de Chambel, director de mercado de capitales para España y Portugal de Barclays.
De hecho, en las últimas tres semanas tan sólo dos empresas alemanas se han atrevido a apelar al mercado con colocaciones muy pequeñas, por debajo de los 500 millones de euros de las llamadas operaciones estándar, aquellas que por su tamaño garantizan la liquidez y la participación de los gestores de fondos, muchos de los cuales tienen prohibido acudir a las operaciones menores.
La constructora alemana TMD Friction Finance, una empresa con calificación de alto riesgo, emitió 160 millones de euros el 15 de mayo al 10,75%. Heraeus Holding, una empresa privada alemana especializada en el refino de metales, ha sido la única valiente dentro del universo del grado de inversión. Salió la semana pasada con una emisión a 7 años con la que captó 250 millones de euros a un diferencial de 150 puntos básicos sobre midswaps (el tipo de referencia para estas emisiones), un tipo del 4%. "Lo ha colocado a un precio bastante razonable -los diferenciales en el mercado rondaban los 144 puntos básicos- pero era una emisión muy especializada centrada en el mercado alemán", explican desde una de las entidades colocadoras. En definitiva se trató de una operación dirigida al minorista de una empresa privada fuerte.
Los esfuerzos de Europa por devolver la confianza y el plan de compra de deuda anunciada por el BCE se interpretan con optimismo. "Hay señales en el secundario que indican que el mercado puede estar dándose la vuelta. Empieza a verse que las medidas surten efecto. Vuelve a haber compradores de los títulos más difíciles", comenta Noelle Cajigas, responsable de mercado de capitales de BNP Paribas. "Ahora en dólares se ven flujos y es probable que si vemos estabilidad en crédito y Bolsa el mercado se vuelva a abrir", añade Fernando García, responsable de bonos para empresas de Société Générale.
Los expertos se muestran optimistas y confían que en pocos días la tranquilidad regrese. De cumplirse con lo previsto lo lógico será ver cómo los emisores de sectores más defensivos y con los ratings más altos son los primeros en atreverse a apelar al mercado con operaciones de calado. Un termómetro que ayudará a que poco a poco el mercado se vaya abriendo al resto del espectro de rating.
La gran pregunta es el precio. Si bien hasta ahora las empresas conseguían emitir a tipos prácticamente planos respecto al secundario se prevé que a partir de ahora se deba pagar una prima.
"Es previsible que a partir de ahora se pida mucho más", explica Miguel Ángel Bernal, profesor especializado en renta fija del IEB. Cuánto es la gran pregunta a resolver en las próximas semanas.
Las grandes han hecho los deberes
Los grandes emisores españoles afrontan vencimientos de bonos en lo que queda de ejercicio año por valor de unos 7.900 millones de euros, según datos de BNP Paribas. Las principales empresas españolas, no obstante, ya han hecho los deberes y han aprovechado el enorme apetito por la deuda empresarial de los últimos meses para garantizarse la liquidez necesaria para afrontar sus compromisos de los próximos meses."Todas las grandes empresas tiene ya prefinanciados los vencimientos de este año. Tienen liquidez", asegura Fernando García. "El año pasado y este ya han sido muy activos. Además el mercado seguirá más fácil para ellos que para otros emisores", añade Noelle Cajigas.Telefónica, Gas Natural, Iberdrola y Repsol son las empresas que afrontan los mayores vencimientos este año y también son las compañías que se han mostrado más activas en el mercado de capitales en los últimos doce meses.
Bancos
El sector financiero lo vuelve a tener difícil para apelar al mercado de capitales. Los expertos consideran que en las próximas semanas sólo los dos grandes bancos tendrán facilidades para obtener recursos debido a la desconfianza que genera el sector. Y además, a un precio más elevado.