"La destructiva actitud de Unicaja ha provocado que no existiese confianza"
Pliego de reproches. El ya ex presidente de Cajasur, Santiago Gómez Sierra, cargaba las tintas recién intervenida la entidad en una entrevista publicada ayer por el diario Córdoba. El canónigo atribuye el fracaso de la fusión entre la caja cordobesa y la malagueña Unicaja a la "falta de confianza". En concreto, sostiene que "el destructivo proceso de negociación en que se ha empeñado la contraparte Unicaja ha provocado que no existiese confianza".
En su opinión, "los acuerdos aprobados por los consejos en julio de 2009 se han visto recortados en casi todo: lo referente al empleo, la significación de Córdoba, la obra social e incluso en lo referente a la denominación. No cabe trabajar si no hay confianza".
El ex presidente también alude, de forma tangencial, al pesado legado de su predecesor en el cargo y gran referente en la historia reciente de Cajasur, Miguel Castillejo, al afirmar que "el gobierno interno de la entidad no ha sido fácil y se han sumado decisiones anteriores y la actual crisis económica. Pero me siento tranquilo con mi actitud en este proceso, que siempre ha sido posibilista y constructiva".
El sacerdote admite que, desde que llegó a la cúpula de Cajasur, en 2007, la entidad "ha estado ... bajo la continua supervisión del Banco de España, que nos ha orientado y exigido medidas en muchas ocasiones".
Asimismo, insiste en que la intervención perjudica, ante todo, a la entidad fundadora de Cajasur: el cabildo catedralicio de Córdoba. "Quién más pierde aquí es la Iglesia, pues pierde patrimonio, representación y obra social". Estas palabras buscan desacreditar las acusaciones lanzadas durante las negociaciones con Unicaja según las cuales los prelados estaban más preocupados en asegurarse el control de una obra social relevante que en la conservación del empleo.
¿Y qué futuro prevé tener Santiago Gómez Sierra? "Soy cura. Espero tener más dedicación al trabajo pastoral", concluye.