Zapatero niega que el ajuste sea un bandazo en la política económica
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acudió ayer a Elche ante miles de simpatizantes y cargos políticos del PSOE para "rendir cuentas" sobre el plan de ajuste con el que el ejecutivo pretende ahorrar 15.000 millones de euros en dos años. "No hay cambio ni bandazo", aseguró Zapatero, ante las críticas que ha suscitado el recorte de gastos. El presidente subrayó que el ajuste es una respuesta "a las circunstancias", hecho "pensando en el futuro de España y no en ninguna convocatoria electoral" y con el objetivo de afrontar las obligaciones crediticias del país.
Sobre el Gobierno pesa la amenaza de un convocatoria de huelga por parte de los sindicatos, en contestación a la intención de congelar las pensiones, salvo las no contributivas, y rebajar un 5% de media el salario de los funcionarios. Para reafirmar el compromiso del Ejecutivo con la política social, Zapatero subrayó que el ajuste sólo reduce en un 1,5% el gasto social, que, recordó, ha crecido un 50% durante su mandato.
El impuesto a los más ricos
Sobre el impuesto para los más ricos, que planea sobre el debate político y económico, el presidente siguió sin desvelar nada y se limitó a decir: "A quienes más posibilidades económicas tienen, hay que pedirles más esfuerzo, y así lo haremos".
Zapatero se mantuvo firme en su programa de recortes, calificó de injustas algunas de las críticas y consiguió arrancar del público ovaciones al grito de "valiente". Es el primer acto multitudinario del jefe de Gobierno desde que el Consejo de Ministros aprobó el jueves pasado el plan ajuste, ya bautizado como tijeretazo.