Vuelve la fiebre del oro
Parece como si fuera una nueva fiebre del oro. Si nos remontamos a 1980, momento en el que el precio de la onza troy alcanzó su pico más alto, quizás no suene tan improbable que se llegué pronto a un cambio de 5.000 dólares.
El potencial en el precio del oro se puede estimar utilizando distintas variables. Por un lado, si se tiene en cuenta la inflación de los precios al consumo, el pico de 875 dólares por onza troy alcanzado en 1980 equivaldría a unos 2.400 dólares de hoy, precio que dobla la cotización actual del metal precioso. Pero no es la única forma de hallar su potencial de revalorización. Si se tiene en cuenta que en estos últimos 30 años la producción económica mundial se ha multiplicado por seis, el precio de entonces por este múltiplo se acercaría a los 5.300 dólares.
El oro siempre se ha considerado como un valor refugio. La oferta de masa monetaria, conocida como M3, resulta en estos momentos diez veces superior al nivel de 1980. Por su parte, la oferta de oro también se ha incrementado considerablemente en el mismo periodo de tiempo, desde las 110.000 a las 170.000 toneladas que han sido extraídas hasta el momento. Si a la ampliación de la masa monetaria se le deflactara el efecto del suministro del oro, el techo logrado en 1980 sería equivalente a 5.700 dólares por onza de hoy.
Si se analiza de otra manera la masa monetaria, el precio potencial del oro sería un poco más bajo a ese tope citado. Tomando una medida del dinero más estrecha, como es el M1, la masa monetaria podría estar cerca de los 17.000 millones de dólares. Si las 170.000 toneladas de oro extraídas a lo largo de la historia fueran sustituidas por esto, el oro tendría un valor aproximado de 3.100 dólares por onza. Pero esto no explicaría la tendencia del limitado mercado bursátil del oro a excederse algunas veces por arriba, como ocurrió en 1980, y otras por abajo.
Existe una posibilidad considerable de que el oro y otras materias primas alcancen pronto su máximo. Pero si un aumento de cuatro veces en dos años desde el precio del oro de hoy a más de 5.000 dólares la onza parece del todo imposible, esa fue la trayectoria entre 1978 y 1980. Si los Gobiernos continúan imprimiendo moneda, ya sea para estímulos económicos o para evitar quiebras, el miedo al envilecimiento de la moneda y la consecuente inflación podrían crear las condiciones idóneas para que se produzcan esos picos.
Martin Hutchinson