El 'low cost' aéreo compite en Barajas

La guerra comercial del low cost no ha concluido. Si en España estaba concentrada fundamentalmente en Cataluña, donde las compañías británicas habían anclado su negocio desde España, ahora la competencia se ha trasladado abiertamente a Madrid, a Barajas. Tanto Ryanair como Easyjet han incrementado su actividad en el aeródromo madrileño en los últimos meses para compensar la pérdida de terreno en Cataluña, donde las aerolíneas españolas (sobre todo Vueling) habían reforzado sus posiciones. La preocupación ha llegado especialmente a Iberia, que observa sobre todo cómo la compañía irlandesa Ryanair gana cuota de negocio allí donde ella siempre ha mantenido indiscutible hegemonía.

Iberia, aunque tiene participación muy significativa en una compañía de coste bajo e intención de crear una especie de filial interna para el mismo servicio, concentra su explotación en el radio largo. Difícilmente la agresiva política comercial de las compañías británicas llegará a disputar de manera abierta esta franja de negocio a las empresas de bandera, pero el simple hecho de que explote más Madrid, le resta posibilidades a su nonata actividad low cost. Desde el punto de vista de la actividad económica y de los clientes, la intensificación de la competencia no deja de ser una magnífica noticia.