Del pánico a la euforia
Días históricos en la Bolsa. Ayer nos desayunamos con la noticia de que la UE aprobaba tras una reunión maratoniana un fondo de rescate extraordinario que, junto con el FMI, puede llegar a 750.000 millones de euros. Creo que la medida es necesaria y oportuna, aunque llega un poco tarde. La pasividad de los Gobiernos de la eurozona y las reticencias de Alemania, ante la cercanía de sus elecciones, casi provocan un colapso en los mercados. La bola de nieve ha ido creciendo día a día y el efecto contagio, al no haber sabido frenar la hemorragia griega, amenazaba con salpicar a todos los periféricos de la eurozona.
Ahora tenemos una segunda oportunidad de regular los mercados financieros, tarea que quedó pendiente tras la quiebra de Lehman Brothers y que debe poner cota a la posibilidad de que grandes especuladores y hedge funds se lucren a costa de crear inestabilidad mediante rumores o apostando a la posible quiebra de países. Además, se deberían controlar y supervisar las agencias de rating, que siguen teniendo un inmenso poder, a pesar de todos sus históricos errores.
En cuanto a los mercados, los grandes rebotes se dan siempre en tendencias bajistas y tras fuertes caídas, cuando la volatilidad está más disparada. Los inversores tenemos una capacidad innata para pasar de la euforia al pánico y viceversa. Lo peor de movimientos como el de ayer es que al producirse en la preapertura, apenas son aprovechables para el inversor y generan la idea de que es imposible operar en el mercado. El Ibex ha respetado in extremis la zona de los 8.800 puntos. Este nivel correspondía al nivel de Fibonacci del 61,8% de toda la subida desde mínimos de marzo de 2009. En resumen, el mercado está para profesionales y para mantener grandes dosis de liquidez.
David Galán. Director de renta variable de BolsaGeneral