Merkel exige cambios en los tratados europeos para evitar una nueva crisis
La canciller alemana, Angela Merkel, defendió ayer la ayuda a Grecia, aunque la condicionó a una profunda reforma de los tratados de la UE. Así, propuso retirar el voto a los países que no cumplan el pacto de estabilidad y declarar la insolvencia controlada de un país "si su situación financiera no da otra alternativa".
Debe recuperarse la primacía de la política sobre los mercados financieros". Con esta frase, la canciller alemana, Angela Merkel, quiso subrayar la necesidad de cambios para evitar que se produzca otra crisis financiera como la actual, aunque defendió las decisiones tomadas hasta el momento. "La iniciativa para ayudar a Grecia ha tenido como fin evitar una reacción en cadena en el sistema monetario internacional y el amenazante contagio de otros países de la Unión. Una segunda crisis financiera mundial habría conducido a una apreciable pérdida de bienestar y un elevado número de desempleados", afirmó ayer en una declaración ante el Bundestag con motivo del comienzo del debate para la aprobación de las ayudas.
Tras calificar la situación de "excepcional" y "sin precedentes históricos", la canciller alemana destacó su voluntad de reformar los tratados de la Unión Europea, "por muy laborioso que resulte". En ese sentido se mostró partidaria de retirar temporalmente su voto a los países que "incumplan notoriamente" los criterios del Pacto de Estabilidad y defendió medidas de castigo, como un recorte de las ayudas estructurales de la UE o de las subvenciones agrarias.
Actualmente, sólo Dinamarca, Estonia, Luxemburgo y Finlandia pueden presumir de mantener un déficit público por debajo del 3%. El resto de países superan el umbral fijado en el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea. Los números rojos ascienden, de media, al 6,3% en la eurozona y al 6,8% en el conjunto de países de la UE. España, se encuentra con déficit del 11,2%, se encuentra entre el grupo de países que más alejados se encuentran del límite fijado por la UE.
Sólo Dinamarca, Estonia, Luxemburgo y Finlandia mantienen un déficit por debajo del 3% del PIB
La canciller alemana se mostró igualmente partidaria, en caso de extrema necesidad, de la "declaración ordenada de insolvencia" de un Estado miembro si su situación financiera no da opción a otra alternativa. En nombre de la oposición socialdemócrata, su líder y ex ministro de Exteriores Frank-Walter Steinmeier, subrayó que la actual crisis "es la mayor prueba de fuego para la integración europea desde los Tratados de Roma", aunque dejó abierto el apoyo de su grupo parlamentario a las ayudas en la votación del Bundestag, informa Efe.
En su discurso, Merkel agradeció la disposición de la banca privada alemana a apoyar y sostener las ayudas a Grecia, pero les advirtió de que no pueden esperar a cambio concesiones de la clase política.
La gestión de la crisis pasa factura
La implicación de la canciller alemana, Angela Merkel, en la resolución de la crisis griega ha empeorado la posición de su formación, CDU, ante las elecciones que se celebran el domingo en Renania-Westfalia, en las que se perfila el fin de su coalición de gobierno en ese estado con el Partido Liberal (FDP).Los últimos sondeos, a cuatro días de los comicios, los primeros que afronta desde su reelección como canciller, apuntan a que la (Unión Cristianodemócrata) CDU se mantendrá como primera fuerza, con un 37% de votos, pero no podrá gobernar con el FDP, al que se pronostica un 7%. De acuerdo con la encuesta difundida hoy por la cadena de televisión privada Sat-1, una coalición entre el Partido Socialdemócrata (SPD) y los Verdes alcanzaría un 45% de votos, un punto por encima de la alianza entre la CDU y el FDP. Si se cumpliera este sondeo, ninguna de las dos grandes alianzas lograría la mayoría necesaria. Ello abriría un gran abanico de posibilidades.Una Cámara con pesoEn cualquier caso, si se cumplen los pronósticos, la coalición de centro-derecha actual perdería la mayoría en la Cámara de representación territorial (Bundesrat). La Cámara alta alemana ratifica un 70% de las leyes previamente aprobadas por el Parlamento alemán. Así, perder la mayoría supondría un duro golpe para Merkel, que debería contar con el apoyo de la oposición para tirar adelante la mayor parte de las leyes.