¿Aguantará Grecia el plan de austeridad?
El mercado reaccionó ayer de manera bastante tibia al ambicioso plan de rescate a Grecia anunciado por la UE y el FMI. Necesario y conveniente, el paquete de ayudas por 110.000 millones de euros trata de cubrir las necesidades de financiación de Grecia durante los próximos tres años para dar tiempo al país a implementar las medidas necesarias encaminadas a reducir el déficit fiscal al 3% del PIB para 2014 desde el 13,6% actual. El tamaño del ajuste es colosal y las dudas sobre la capacidad de Grecia de implementarlo con éxito generan recelo.
"El primer examen para Grecia será lograr que el electorado lo acepte. El segundo llegará a medio plazo cuando se descubra si las medidas logran los resultados deseados", explica Michala Marcussen, de Société Générale. "Las medidas son muy duras y el plan no se celebra en el mercado por el riesgo de implementación. Los 110.000 millones no se soltarán de golpe", explica Jordi Padilla, de Popular Gestión Privada.
Las ayudas del FMI y de la zona euro llegarán de manera escalonada y estarán siempre sujetas a la implementación de las medidas de austeridad. La Comisión Europea evaluará trimestralmente el cumplimiento del plan. Y si no se avanza el dinero, en principio, dejará de fluir.
El mercado teme que no logre aprobar las medidas de ajuste
El plan de rescate, por tanto, elimina el riesgo de impago de Grecia este año pero deja muchos interrogantes sobre el futuro. "La falta de concreción de los detalles dificulta valorar si es un plan creíble. Falta un programa presupuestario año a año para hacer un análisis de sensibilidad ante diferentes perspectivas de crecimiento", argumenta Félix González, de Capitalia Familiar.
Grecia necesita mucho apoyo popular y no lo va a tener fácil. Las medidas de austeridad que se le exigen implicarán años de grandes sacrificios. Subidas de impuestos, congelación salarial para los funcionarios, reforma del sistema de pensiones, reducción del número de municipios y entidades locales, liberalización de ciertas profesiones, privatizaciones... La lista de requisitos que debe acometer es larga y en los últimos días se ha visto el rechazo popular. Mañana, por lo pronto, hay convocada otra huelga.
Independientemente del rechazo popular, el primer escollo que se debe superar es la llegada de los fondos de los diferentes miembros de la UE. Todo indica que Alemania, el país que más aportará -unos 22.000 millones en total y más de 8.000 este año- recibirá la aprobación del parlamento en los próximos días. Y no se esperan grandes trabas en el resto de países.
Una vez superados los obstáculos políticos Grecia ganará tiempo. El problema es que las ayudas no se utilizarán para incentivar la recuperación sino para pagar deuda, lo que impedirá que Grecia salga de la recesión en los próximos años. Las previsiones del FMI apuntan a que la economía griega caerá un 4% este ejercicio y otro 2,6% en 2011. Un entorno complicado que traerá incrementos de paro, más gasto social, deflación y nuevos obstáculos para la recuperación económica del país. "Uno desearía ver también un plan de reformas estructurales para facilitar el potencial de crecimiento en unos años y apoyar la sostenibilidad del ajuste", añaden desde Barclays Capital.
Incluso aunque Grecia logre el equilibrio presupuestario la deuda sobre el PIB se disparará al 150% para 2013. Y la deflación puede dificultar aún más la reducción de la deuda. En un entorno así, está por ver por tanto si la recaudación esperada se da, si el consumo no termina en la economía sumergida y si efectivamente el país es capaz de ganar en competitividad.
Grecia se enfrenta a un ajuste lento y doloroso. Hoy no suspenderá pagos pero aún no se puede descartar ningún escenario. Una reestructuración parcial de la deuda a medio plazo, el fracaso de las ayudas e incluso la salida de Grecia del euro son posibles. El aguante de los griegos a años de sacrificio se pondrá a prueba en muy poco tiempo.