Marsans comunica a la banca que ya negocia en solitario con un comprador
Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán, propietarios de Marsans, están negociando ya en solitario con un único grupo interesado la venta de la compañía turística, según han comunicado los empresarios tanto a la banca acreedora como a los sindicatos. La deuda del grupo ronda los 350 millones y las oficinas acusan la abultada bajada de las ventas.
El fin de semana se presumía intenso en las negociaciones para la venta de Viajes Marsans y así ha sucedido finalmente. A las 5.30 de la madrugada del lunes se levantaron de la mesa los propietarios de Marsans y los representantes del grupo interesado en la compra, pero las negociaciones continuaron durante todo el día de ayer.
Marsans ha contactado con varias entidades financieras y sindicatos para transmitirles que las negociaciones se desarrollan ya con un único grupo interesado, que podría ser español, pero ajeno al sector turístico y poco conocido. Entre la banca acreedora existe cierta extrañeza ante el hecho de que si Díaz Ferrán y Pascual no han logrado un comprador para Viajes Marsans en los últimos meses, haya aparecido ahora algún grupo interesado. La versión de los propietarios de Marsans es que el interés de este oferente "viene de lejos" y se ha reactivado ahora que la situación de falta de liquidez de la compañía turística y las necesidades de vender son extremas.
"Un par de días"
La compañía ha sido incapaz de reunir nuevos avales para reintegrarse en IATA
Gonzalo Pascual ha pedido a sindicatos "un par de días" antes de revelar la identidad del grupo interesado en la compra de Marsans, ya que se estarían cerrando los últimos flecos. Fuentes próximas al grupo han explicado que hay unas 50 personas representando a las partes implicadas y el grupo interesado está realizando un examen en profundidad de toda la contabilidad de Marsans.
La aparición en escena de un comprador con dicho perfil -poco conocido y ajeno al mundo turístico- deja fuera a los operadores del sector con cuyo interés se ha especulado. Marsans acumula unas deudas que rondan los 350 millones de euros y su red de oficinas -con unos 800 puntos de venta- es la segunda más extensa del país. Sus empleados -4.000- están llamados a movilizaciones esta semana.
La retirada de la licencia de las aerolíneas de IATA para vender billetes y las noticias sobre la situación financiera han disuadido a los clientes, lo que se ha traducido en una importante merma en las ventas de la red. IATA excluyó a Marsans del sistema hace dos semanas hasta que no depositara un aval de 20 millones de euros. Los intentos del grupo por hacerlo han contado con la negativa de los bancos.
Incredulidad entre los fondos
Fondos de inversión consultados ayer por este diario mostraron su incredulidad ante la posible venta de Marsans. "Es una salida descabellada, no creo que un fondo de inversión vaya a comprar Marsans después de ver sus cuentas", comentó ayer el representante de una de estas firmas que hace unos meses estudiaron también la compra del grupo controlado por Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual. "La situación es límite, pues ya no cuentan con el apoyo ni de la banca ni de la IATA", comentaron las fuentes consultadas, que advirtieron que una posible quiebra del grupo de viajes puede provocar una crisis en cadena en la mayor industria española, el turismo. "Por eso, desde el Gobierno y desde la banca se ha tratado de mantener con vida al grupo, pero la situación es insostenible", comentaron. Las mismas fuentes recordaron que en las últimas semanas el grupo ha recibido demandas de concurso por parte de acreedores y que el fondo alemán que a final de 2008 adquirió su sede, el edificio Pórtico, en Madrid, ha denunciado impagos.