Una ocasión de oro
La crisis de la eurozona puede suponer una oportunidad de oro para obtener la tan necesitada racionalidad económica. El doloroso drama griego aún no ha terminado. Aunque Atenas ya ha emprendido reformas radicales. Si el resto de PIGS -Portugal, Italia y España- comprenden la necesidad de evitar un destino similar, tomarán también acciones evasivas.
Cuando se creó la eurozona, muchos de los miembros tenían profundos problemas estructurales: mercados laborales rígidos, pensiones inabarcables y, en ocasiones, sectores públicos corruptos. En algunos países, la evasión fiscal era generalizada. Los países del sur de Europa devaluaban su moneda habitualmente para evitar la disciplina del mercado. Siempre que las cosas se ponían difíciles, la lira, el dracma, el escudo y la peseta se desplomaban. Los eurooptimistas pensaban que una moneda única pondría orden en estos países díscolos. Sin embargo, casi una década de crecimiento se llevó por delante las presiones para efectuar reformas. Aún así, tal vez no estaban tan equivocados y la disciplina está llegando finalmente gracias a la crisis.
Han atacado a Angela Merkel por exacerbar la agonía de Grecia y de sus compañeros PIGS al retrasar el rescate. Pero es necesario infligir dolor sin causar la muerte del paciente. Grecia está tomando una desagradable medicina que incluye una contracción fiscal del 12% en tres años. Su agonía podría llevarla a abordar las mencionadas reformas. Eso sería muy sano para la unidad de la región y la competitividad a largo plazo.
Hugo Dixon